“Magda Portal era muy divertida y también muy firme”

Rocío Revolledo Pareja (al centro) el día de la inauguración de la muestra en homenaje a Magda Portal. (Foto: Eduardo Vásquez)
Rocío Revolledo Pareja (al centro) el día de la inauguración de la muestra en homenaje a Magda Portal. (Foto: Eduardo Vásquez)

Compartimos una conversación con Rocío Revolledo Pareja, sobrina de Magda Portal, poeta a quien rendimos homenaje con una exposición que recorre su vida y obra.

 

La poesía y la política signaron la vida de Magda Portal. A pesar de los exilios y su militancia activa, la escritora no descuidó su vida familiar. En la exposición Trazos cortados. Poesía y rebeldía de Magda Portal podemos apreciar fotografías y documentos que evidencian el cariño y amor por su madre, hermanas, sobrinas e hija. Una de estas sobrinas fue Rocío Revolledo, quien era hija de Graciela, la hermana menor de Magda y a quien protegió y guió mientras estuvo en vida. En esta conversación Rocío Revolledo nos habla de algunos aspectos familiares de la poeta.

¿Cómo era la relación entre su madre y Magda Portal?
Mi mamá y Magda eran muy unidas. Mi mamá prácticamente la consideraba como si fuera su madre porque vivieron muchísimo tiempo juntas. Cuando Magda volvió del exilio, de las idas y venidas, siempre se quedaba en la casa de mi abuela y allí estaba mi mamá. Mi madre creció y estuvo siempre con Magda. Eran amigas, hermanas, se ayudaron mucho entre las dos. Y Magda, en cierta forma, se sintió responsable por mi mamá, por la diferencia de edades y porque la sentía un poco desprotegida. Mi mamá nació cuando mi abuelo había muerto. Parece que esa pérdida fue muy dura y tanto la hermana mayor de Magda, que se llamó Amelia, acogieron a Graciela, mi madre.

¿Cómo recuerda usted a su tía Magda? Quienes la conocieron resaltan su carácter fuerte
Era muy divertida, también muy firme. Recuerdo que cuando era chica no había necesidad de llamarme la atención, nunca me pegó, ni nada parecido. Solamente me miraba como diciendo “no está bien lo que estás haciendo”, entonces había que huir (ríe). Su mirada era muy fuerte cuando quería llamarme la atención. Después éramos bastante compinches. Para mí fue como si fuera mi madre. Me sentaba con ella los sábados en la tarde y hacíamos el Geniograma que a ella le gustaba. Pasábamos el tiempo juntas. Me iba diciendo qué libros leer.

¿Qué libros le recomendaba a usted Magda?
Depende de la edad. Aparte de los que me daban en el colegio, recuerdo que era bastante exigente conmigo. Cuando tenía 11 años me decía: “tengo que salir, lee El Comercio y me dices cuáles son las noticias más importantes”. Yo decía: “qué pesada, quiero salir a jugar…” y tenía que leer El Comercio y hacerle el resumen de lo que había leído.

Magda Portal en un retrato de 1981. Foto: Víctor Ch. Vargas/Caretas
Magda Portal en un retrato de 1981. Foto: Víctor Ch. Vargas/Caretas

¿En qué momento toma usted conciencia de la importancia literaria y política de Magda Portal?
Cuando yo tenía entre 18 y 20 años ella fue miembro de la ANEA (Asociación Nacional de Escritores y Artistas) y empiezo a acompañarla a las actividades. Allí conocí a los poetas, pintores y los intelectuales amigos de Magda. Como Francisco Izquierdo Ríos, quien también fue presidente de la ANEA. Recuerdo haberla acompañado incluso al velorio de Ciro Alegría. No entendía muy bien, pero teníamos que ir. Ese tipo de cosas están en mi memoria. También cuando (Mario) Vargas Llosa fue a mi casa para conversar con ella para realizar la entrevista para su programa de televisión (La Torre de Babel). Él fue visitarla a la casa y justo decía “ah yo he vivido por allí”, al referirse a la calle Diego Ferré, en Miraflores. Eso fue en el año 81 y ella empezó a viajar a congresos. Durante un tiempo estuvo escribiendo para revistas, la veía más en casa y después empezó nuevamente a activarse.

Entre los documentos valiosos que posee la familia destaca la autobiografía inédita de Magda Portal titulada Trazos cortados
Traté de arreglarla un poco, pero Kristel Best y Mauricio Delgado (curadora y museógrafo de la exposición, respectivamente) se dieron cuenta de que aparentemente ella fue corrigiendo el texto. Intenté enumerar el documento, pero entiendo que este tiene que ser un trabajo de personas que sepan, que se dediquen a ello y sería maravilloso que se pueda publicar esta autobiografía. Me gustaría, además, que pueda traducirse al español el libro de Kathleen Weaver, quien fue su biógrafa, donde cuenta muchos detalles de la historia de Magda.

Si tuviera que relacionar a Magda Portal con una palabra, ¿cuál sería?
Indestructible.

Eso dice mucho de su vida que fue muy intensa
Sí, ha sido intensa en todo sentido. Pero también ha sido una persona muy tierna, muy espiritual. Tenía su carácter. Poco a poco me iba enseñando las cosas y a veces yo no entendía y claro, uno va entendiendo después cómo es la vida en realidad.

¿Es cierto que en el primer gobierno de Alan García se le pidió que se reincorpore al Apra y ella desistió?
Sí, sí se le pidió, incluso también fueron apristas a visitarla personalmente, y ella le entregó al Congreso de esa época una ley que había preparado sobre los escritores y artistas. No sé en qué quedó.

¿Qué expectativas tiene sobre esta exposición?
Que llegue al gran público, especialmente a los escolares y que sea difundida su obra. Magda Portal no figura en los textos escolares, al menos personas de mi generación y personas de generaciones posteriores no la conocen. Entonces, es bueno que se difunda y vean que ella también tiene un lugar en la historia y que luchó muchísimo por las mujeres y por los pobres. Estuvo presa y la familia padeció. Todo esto tiene que salir a la luz.