Pasiones (in)nombrables: lesbianismo en la narrativa latinoamericana del siglo XX

El investigador Richard Leonardo aseguró que falta investigación de la literatura lesbiana. (Foto: Eduardo Vásquez)
El investigador Richard Leonardo aseguró que falta investigación de la literatura lesbiana. (Foto: Eduardo Vásquez)

 

“A Chloe le gustaba Olivia… leí. Y entonces me di cuenta de qué inmenso cambio representaba aquello. Era la primera vez que en un libro a Chloe le gustaba Olivia”.

Una habitación propia de Virginia Woolf.

 

El investigador literario Richard Leonardo presentó la conferencia Pasiones (in)nombrables: lesbianismo en la narrativa latinoamericana del siglo XX el último viernes 3 de marzo, donde hizo un repaso de la obra al alrededor del lesbianismo, un tema que considera que ha sido “soslayado por la crítica especializada en América Latina”.

¿EXISTE UNA LITERATURA LÉSBICA?

Es la primera interrogante que responde a la que indica “que es escasa en nuestro continente, no hay una producción de estas obras”, y plantea que “el miedo sigue actuando en las lesbianas como un policía interno, les cuesta hablar, más aun escribir”.

Reveló que cuando comenzó a estudiar lo queer en la literatura homosexual, había diversidad de títulos y autores y hasta incluso “había dificultad para escoger”, sin embargo, en el caso autoras que hablan del lesbianismo “hay mucho en poesía, algo en teatro, pero en narrativa no había descubierto nada o muy poco”.

“De alguna manera la poesía es un discurso más pegado a la subjetividad, más pegado a lo intrínseco mediante una especie código personal las lesbianas empiezan a manifestarse, algo que pareciera que en la narrativa no se da tan fácil”, acota.

“Las posibilidad de publicación está limitada a una valoración de la estética con arcos de referencia androcéntricos. ¿Qué significa? Que la literatura latinoamericana está pensada desde una visión androcéntrica donde se privilegia a lo masculino. (…) Los actores canónicos son hombres y no es una casualidad”, añade.

¿HAY LIBROS DE LESBIANISMO EN LATINOAMÉRICA?

“La literatura lesbiana existe en Latinoamérica, pero falta descubrirla, hay que hacer una especie de arqueología para poder encontrar algunos textos como de los que les voy a hablar un poco”, detalla Richard Leonardo.

El investigador habla en primer lugar de Amora de Rosamaría Roffiel (1989, México), que es considerada como una novela fundadora del lesbianismo. Richard Leonardo la describe como la primera novela de mujeres protagonistas, que, además, de hablar de sus vidas se ven envueltas en un mar de historias cuya temática principal es el amor entre mujeres.

“No estamos ante una lesbiana que el mundo se le cae y no sabe qué hacer. Estamos ante una lesbiana que entiende cómo se mueve el mundo de la sociedad y empieza a desarrollar determinadas estrategias para poder enfrentar este mundo, por eso es una novela política en el sentido completo de la palabra”, precisa y cita un fragmento de la novela:

“-¿Por qué te refieres a ti misma como lesbiana si también tienes relaciones con hombres?

-Es una forma de militar. La gente tiene una imagen muy estereotipada de la lesbiana: marimacha de pantalones, chamarra de cuero, cuando te les presentas femenina, dulcecita, cariñosa y amable, pues les rompes los esquemas, y a veces hasta llegan agarran cierta conciencia. Yo creo que la moral es cuestión de épocas y de necesidades políticas, y que lo clandestino y terrible deja de serlo cuando se habla de ello y se vuelve lo que es: parte de nuestra cotidianidad…”.

Dos mujeres de Sara Levi Calderón (1990 en México). Es la segunda novela que toca el lesbianismo en México. Tuvo un inicio complicado luego de que el padre de la autora compró toda la primera edición. Además, por este libro Sara Levi fue perseguida y tuvo que irse a vivir a Estados Unidos, donde publicó la segunda edición de la novela, que es colocada en el balance actual por encima de Amora.

“Hay toda una concepción de la a novela como un ejercicio de búsqueda personal. Si Amora es una especie de manual para ser lesbiana y sobrevivir como tal en una sociedad, Dos mujeres es un texto que permite a través de la escritura reencontrar este yo lesbiano”, precisa Richard Leonardo.

El investigador también da cuenta de novelas más antiguas como es el caso de La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik, publicada en 1971. “Hay gente que dice que no es un texto lésbico, porque no hay un escena de sexo, pero estamos ante un personaje lesbiano”, detalla.

La novela Monte de venus de Reina Roffé, publicada en 1976, en Argentina, fue decomisada por la dictadura de ese momento porque mostraba a una mujer lesbiana empoderada, además, de los barrios marginales de ese país.

En breve cárcel de Sylvia Molloy (1981 en Argentina) narra la historia de una mujer que cuando llega al lugar donde se reunía con sus amantes comienza a reflexionar sobre su condición de lesbiana. “(Esta novela) tiene el mérito de que no solo va a ser una clave lesbiana, sino que también va ser leído como una clave social”, indica Richard Leonardo.

Otros textos mencionados fueron Cárcel de Mujeres de María Carolina Geel (1956 en Chile), y los cuentos de la autora cubana Ena Lucía Portela, “Dos almas perdidas nadando en una pecera” (1990 de Cuba) y “Sombrío despertar de la avestruz” (1996).

LITERATURA LESBIANA EN PERÚ

En el Perú, hay un texto que hasta el momento es el más antiguo de lesbianismo en la literatura de Latinoamérica, según la investigación de Richard Leonardo. El título de la novela es Confesiones de Dorish Dam de Delia Colmenares Herrera (1929), quien pasa a la historia como periodista y poeta posmodernista.

Richard Leonardo indica que el libro muestra “a una mujer adinerada cosmopolita, una mujer intelectual, que reúne a una serie de seudo artistas, donde ellos viven plenamente su sexualidad”, comenta que “a diferencia de los textos latinoamericanos posteriores donde no se quieren decir las cosas por su nombre, en este libro sí se hace” y cita un fragmento del texto:

“…la Baronesa es mi gran enamorado, mejor dicho ella me hace el amor a mí. ¡Es encantador! Cuando recién me conoció me regalaba continuamente flores, perfumes, bombones… iba con ella a todas partes, luego me besaba diciéndome palabras muy bonitas de que yo era tan buena y tan linda que por ello me admiraba y me quería… Tal, como si fuese un macho enamorado de una hembra.

Después llegó lo sensual: querer verme el cuerpo para acariciarlo y de la caricia llegaba el vértigo y el espasmo…”.

Si bien Confesiones de Dorish Dam es tal vez el título más antiguo, el primer texto que da conocer la narrativa lesbiana en el Perú es Las dos caras del deseo de Carmen Ollé, publicado en 1994. “Esta novela ha sido estudiada bien en los últimos años, aunque falta profundizar”, precisa Richard Leonardo.

“A mí me parece interesante esta novela de Carmen Ollé porque busca pensar lo lesbiano más allá de los estereotipos y ese es un gran mérito de esta novela”, agrega.

El investigar realizó una breve comparación entre esta novela de Carmen Ollé y la obra de Jaime Bayly, quien aborda en muchos puntos lo homosexual.

“Jaime Bayly cuando escribe sobre los gays está intentado ser verosímil, hacer creíble lo que está escribiendo. Entonces, cuando lo leo encuentra a un gay escandaloso, chismoso, que tiene una conducta sexual muy rápida”, indica.

“En cambio, cuando leemos a Carmen Ollé nos encontramos con un tipo de lesbiana que no corresponde con los estereotipos que se han ido forjando con el tiempo y, entonces los lectores se aceran a la novela y dicen: ‘aquí falta veracidad, esta no es una lesbiana’. Sin embargo, la propuesta (de Las dos caras del deseo) está pensando más allá de los estereotipos, enseña que ser lesbiana no tiene que ver con una determinado tipo de conducta. Es muy importante esta novela y falta revalorarla”, añade.

Otros dos textos en referencia lesbiana en el Perú son: 56 días en la vida de un frik de Morella Petrozzi (1996); Voces para Lilith: literatura contemporánea de temática lésbica en Sudamérica de Claudia Salazar y Melissa Ghezzi (2011) y ¿Camila tiene dos mamás? de Verónica Ferrari.

 

BIBLIOGRAFÍA EXTRA

El investigador Richard Leonardo nos dio el nombre de algunos libros que podrían ayudar a profundizar en el tema:

Achugar, Hugo. (1999). Apuntes sobre la construcción de un nuevo espacio en la literatura homoerótica latinoamericana. Revista de Investigaciones Literarias y Culturales 13. 91-105.

Balderston, Daniel. (2015). Los caminos del afecto. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo.

Butler, Judith. (1996). Variaciones sobre sexo y género: Beauvoir, Wittig y Foucault, El Género: la construcción cultural de la diferencia sexual. Marta La¬mas (compiladora). México: Porrúa.

Butler, Judith. (2001). El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. México: Paidós.

Butler, Judith. (2002). Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y discursivos del “sexo”. Buenos Aires: Paidós.

De Lauretis, Teresa (2010). Teoría queer: sexualidades lesbianas y gay. En: Florilegio de deseos: nuevos enfoques, estudios, escenarios de la disidencia sexual y génerica. Eds: List, Teutle. México D. F.: Eón. 21-46.

Gamba, Susana (Coordinadora). (2009) Diccionario de estudios de género y feminismos. Buenos Aires, Biblos.

Sedgwick, Eve Kosofsky. (1998) Epistemología del armario. Trad. Teresa Bladé Costa. Barcelona: Ediciones de la tempestad.

Wittig, Monique. (2006) “La categoría de sexo”, “No se nace mujer”, “El pensamiento heterosexual”. En: El pensamiento heterosexual y otros ensayos. Madrid: Egales. 21-57.

 

 

 

Luis Urteaga Cabrera, Premio Casa de la Literatura Peruana 2017

Urteaga Cabrera en diciembre de 2014 durante la presentación de la tercera edición de "Los hijos del orden". (Foto: Edwin Cavello Limas/Lima Gris)
Urteaga Cabrera en diciembre de 2014 durante la presentación de la tercera edición de “Los hijos del orden”. (Foto: Edwin Cavello Limas/Lima Gris)

 

En mérito a su obra, caracterizada por haber contribuido a iluminar y enriquecer distintos espacios marginados en el país, invisibilizando la figura del autor y apartando cualquier afán de reconocimiento, el narrador Luis Urteaga Cabrera recibirá el Premio Casa de la Literatura Peruana 2017, máxima distinción institucional que le será otorgada en ceremonia pública el próximo jueves 20 de abril.

La obra de Urteaga Cabrera, que ha transitado por diversos géneros, ha mostrado un acercamiento solidario y testimonial hacia dos grupos sociales principalmente: los urbano-marginales y los amazónicos. Desde los adolescentes de la correccional de Maranga, en su novela Los hijos del orden (1973), así como los integrantes de la comunidad shipibo-conibo y la riqueza de su tradición oral en El universo sagrado (1991) y El arco y la flecha (1996), el autor, a través de la palabra escrita, sensibiliza y muestra al lector la situación de estos sectores apartados sea por barreras sociales, geográficas o culturales. En esta experiencia amazónica Urteaga Cabrera despliega, además, una labor pedagógica importante, a través de textos de educación ambiental e intercultural.

“Acepto este reconocimiento principalmente porque conozco y aprecio la labor que desempeña la Casa de la Literatura en favor de nuestras letras. A ese esfuerzo, es sumamente grato contribuir”, señaló el narrador al ser informado sobre este galardón que se suma a una serie de distinciones tanto nacionales como internacionales que ha recibido a lo largo de su trayectoria.

Renuente a participar en actividades públicas, a ofrecer entrevistas y dejarse fotografiar, el autor galardonado se ha mantenido en un silencio aparente, pues ha seguido creando, tal es así que tiene un libro sobre guiones de cine inédito, así como una colección de relatos para niños próxima a publicarse. Esta actitud de invisibilizarse para Urteaga responde a la convicción de que el autor es menos importante que la obra, y una actitud de rechazo al exhibicionismo por parte del escritor.

La ceremonia de premiación se realizará el jueves 20 de abril, a las 7 p.m., en el auditorio de la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima). Participarán, junto al autor homenajeado, el narrador Guillermo Niño de Guzmán, el escritor e investigador en literatura amazónica, Ricardo Virhuez Villafane, y la directora de la Casa de la Literatura Peruana, Milagros Saldarriaga Feijóo. La entrada es libre para el público en general.

Desde el 2010, el Premio Casa de la Literatura Peruana es concedido anualmente a destacados escritores e investigadores de las letras peruanas como reconocimiento de su contribución a la reflexión y la creación en torno a la literatura. Esta distinción ha recaído en autores como Mario Vargas Llosa, Carlos Germán Belli, Antonio Gálvez Ronceros, Edgardo Rivera Martínez, Oswaldo Reynoso, José Miguel Oviedo, Carmen Ollé y Leoncio Bueno.

 

SOBRE LUIS URTEAGA CABRERA

Luis Urteaga Cabrera nació en la ciudad de Cajamarca el 1 de junio de 1940. Cursó estudios de Matemáticas en la Universidad de Trujillo y luego, en 1960, ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ese año participó en un proyecto de investigación en el Reformatorio de Menores de Maranga con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de los internos, el cual daría origen a su novela Los hijos del orden.

En 1968 ganó el Premio Nacional de Cuento de la revista Visión del Perú por “La justicia no cae del cielo”, texto que no fue publicado hasta casi tres décadas después con el nombre de “Carretera de penetración”. Al año siguiente, en 1969, obtuvo el primer lugar en el Concurso Internacional de Novelas convocado por la revista Primera Plana y la editorial Sudamericana de Buenos Aires, en Argentina, por Los hijos del orden. El jurado estuvo conformado por Juan Carlos Onetti, Severo Sarduy y María Rosa Oliver. La novela debía ser publicada, tal como lo prometía el concurso, pero por intervención de la dictadura militar nunca vio la luz. El dinero del premio no fue entregado sino tiempo más tarde.

En 1972, Urteaga Cabrera presenta su obra aún inédita a la Bienal de Novela José María Arguedas, instituida por la firma Good Year y, de entre casi 100 novelas, el jurado conformado por los críticos José Miguel Oviedo, Abelardo Oquendo y Alberto Escobar, le dio el premio. En 1974 ganó el Premio Nacional de teatro Telecentro por la obra dramática Danza de las ataduras. La obra fue publicada en el número 10 de la revista Textual del Instituto Nacional de Cultura, en octubre de ese año.

En 1979 inició sus trabajos con las comunidades nativas ubicadas en la ribera del Ucayali, en la selva peruana.  Esta actividad se prolongaría hasta el año de 1988 y sería la base para sus siguientes publicaciones: El universo sagrado (1991), El arco y la flecha (1996), y sus obras infantiles: El otorongo y el oso hormiguero y otras fábulas de la Amazonía (1992) y La tortuga y el otorongo negro y otras fábulas de la Amazonía (1996), siendo el primero de ellos galardonado con el prestigioso premio IBBY–International Boardon Books for Young People.

En 1995, la legendaria editorial francesa Gallimard publica la traducción de El universo sagrado con el título de L’universenchanté des Indiens Shipibos. Une versionlittéraire des mythes et légendes de la traditionorale shipibo-conibo.

Sus participaciones públicas disminuyen radicalmente hasta que en diciembre de 2014 el sello Casatomada reedita su novela Los hijos del orden, que incluye un testimonio inédito sobre la historia detrás de dicho libro. Asimismo, en 2015, dentro del IV Coloquio Internacional de Literaturas Amazónicas, se le organizó un homenaje, con la participación de Aliza Yanes y Roberto Reyes Tarazona, amigos y estudiosos de su obra.

 

-Luis Urteaga Cabrera: “Las obras hablan por los hombres”

-Un perfil del Premio Casa de la Literatura Peruana 2017

 

 

Casa de la Literatura presenta libro sobre mito de la nación Uitoto

Portada El verano y la lluvia

 

El viernes 10 de marzo, a las 7:00 p.m., en el auditorio de la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima), se realizará la presentación de El verano y la lluvia, libro que recoge un mito de la tradición literaria de la nación Uitoto. El ingreso es libre.

El verano y la lluvia es un mito narrado por Martha López en la lengua “minika”, transcrito y traducido al castellano por su hijo Santiago Yahuarcani. En ella, la chicharra y el saltamonte se engalanan y cantan anunciando la llegada del verano; mientras que los varones, machete en mano y hacha al hombro, abren la chacra en el monte, y muy junto a ellos la lluvia espera su turno para dar vida a los sembríos de sus hijos.

La presente edición, a cargo de la Casa de la Literatura Peruana, incluye pinturas del artista plástico uitoto Rember Yahuarcani, hijo de Santiago y de Nereyda López.

En la presentación participarán: Santiago y Rember Yahuarcani, quienes serán acompañados por Alfredo Luna Briceño, viceministro de Interculturalidad del Ministerio de Cultura; Natalia Majluf, directora del Museo de Arte de Lima (MALI); y Milagros Saldarriaga, directora de la Casa de la Literatura Peruana.

El tiraje de esta publicación es limitado y será distribuida en bibliotecas de instituciones educativas de la capital y otras ciudades del país. No estará a la venta al público.

 

 

 

 

Libro de la semana: Aprendizaje o el libro de los placeres

Con una narrativa psicológica, de pocos diálogos y corte intimista, el libro se concentra en su “estar en el mundo”. (Foto: Eduardo Vasquez)
La autora explora los matices más reveladores y emotivos de la protagonista a través del constante desasosiego y la angustia de vivir. (Foto: Eduardo Vásquez)

 

Por el Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo, reseñamos a una de las escritoras latinoamericanas más reconocidas del último siglo, la brasileña Clarice Lispector (1920-1977). La Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana destaca como publicación de la semana una de sus novelas más emblemáticas, Aprendizaje o el libro de los placeres (1969).

 

Por Manuel Barrós, Biblioteca Mario Vargas Llosa

Aprendizaje o el libro de los placeres es una novela sobre la identidad de Lory y la toma de consciencia plena de sus capacidades como mujer en Río de Janeiro a mediados del S. XX. Lispector cuenta la historia de una profesora de primaria que se mudó de Campos a Río de Janeiro, para huir de su familia acomodada, su padre y sus cuatro hermanos hombres. Con una narrativa psicológica, de pocos diálogos y corte intimista, el libro se concentra en su “estar en el mundo”. Lory es una mujer sobrevenida en sus propias emociones, inmersa sus pensamientos desde la cotidianeidad, en esas nonadas aparentemente irrelevantes. La protagonista es una mujer anegada de dudas, al punto de entorpecer los aspectos más mínimos de su existencia. Está abrumada por la mediocridad de su vida. En la novela el abanico de emociones no es amplio ni diverso: no hay registro lúdico o divertimentos. Sutilmente, la autora explora los matices más reveladores y emotivos de Lory a través del constante desasosiego y la angustia de vivir.

En la búsqueda de su individualidad, el verdadero aprendizaje de la protagonista es cómo darle cabida a su manera de ser mujer en la sociedad. No le preocupan la maternidad, las opiniones familiares ni la soltería, sino su involuntaria renuencia a la propia vida. Aunque implícitamente sus cuestionamientos están dirigidos hacia las imposiciones sociales que desafía, las verdaderas libertades que anhela son las no conquistadas, las aún que debe obtener a fuerza de voluntad. Desaprender los parámetros sociales sobre cómo “debería” ser una mujer es importante para el relato, pero no tanto como el desarrollo de su personalidad y sus propias convicciones. Cuando leemos la novela, encontramos que Lory ya ha tenido cinco amantes, aunque no vive independientemente, pues recibe una pensión económica de su padre. Su principal conflicto es sobrevivirse a sí misma, a los horizontes personales que va alcanzando y desafiando en su mundo interior. Por eso, en el libro la consciencia de lo femenino es abordada no a través de una lucha por consignas sociales colectivas, sino desde una intimidad más expresiva: cómo afrontar la consciencia de ser mujer, cómo descubrirla y llegar a saberse una, propia y para sí.

El amor y el placer son los principales elementos con los que Lory se descubre como mujer. A través de ellos, la autora construye un diálogo interior. Desafiantes y constituyentes, ambos comprenden las principales epifanías de su vida. Dado que el relato tiene como trasfondo la relación sentimental entre la protagonista y Ulises, la búsqueda de la identidad se da a través de la interacción y las negociaciones del amor. La novela muestra la dilatada evolución de su relación; su hilo conductor gira en torno a las dificultades y frecuentes vicisitudes causadas por Lory, pues es su desamor el que atarea a Ulises. Él tiene que atender sus oscilaciones afectivas, continuamente tolerarlas y sobrellevarlas. Seto a seto, los juegos del amor muestran la relación profundamente asimétrica entre ambos. Este es el contrapunto de los personajes. En ello se basa el desarrollo del drama. Temerosa ella, con audacia él. Más que personajes complementarios —estéticamente necesarios para la fluidez y sentido primario del relato—, se trata de una relación de medianos desencuentros. La tensión e intereses diferenciados poco a poco devienen en el hallazgo y reconocimiento mutuo. Por ello, no es una relación dañina o tóxica, sino una de auxilios continuos. Técnicamente hablando, Ulises es un interlocutor referencial para las idea de Lory. Es su guía: quien señala los caminos más adecuados por recorrer, sugiriendo costos y posibles consecuencias en el aprendizaje del amor y de la vida por parte de Lory.

Estamos ante una mujer en formación, en un difícil nacimiento. De personalidad nudosa: inhóspita, increada, con más agruras que tristezas. Para Lory, la presencia de Ulises es una contingencia; tanto así que, por recomendación suya, prefiere un antenombre: “Yo”. Ante los demás, ella no responde como Loreley ni Lory, sino como “Yo”, porque en este radica el germen de su identidad en formación. Esta recomposición nominal es la base de su búsqueda, ya que el relato es un juego antítesis. El “Yo”, término que nomina la existencia proteica de Lory, profesora de primaria que, por momentos, se compadece de sus estudiantes. Y Ulises, catedrático de filosofía en una universidad que, ya maduro y formado, funge de guía. Lo único que retrasa la unión de ambos personajes es que Lory “no está lista”. Ella siempre se ha escondido detrás de su confusión y dolor, sin saber qué hacer o cómo reaccionar frente a su propia obsolescencia para existir. Sus perplejidades eran productos de la inacción culposa, inveterada. Ulises despierta el malestar en Lory; la lleva al aniquilamiento. Pacientemente, él decide esperar a que Lory aprenda a amarse a sí misma, a disfrutar de sí misma en cualquier aspecto o dimensión de la vida. En el desarrollo de ese proceso, en el tránsito de su propia trayectoria, el encuentro carnal se da al final del relato.

Así, la novela no presenta una versión idealizada del amor. Clarice Lispector ensaya una historia de amor centrada en su lancinante entereza. Todo este relato es el camino hacia el placer sin culpa, hacia la apertura del pensamiento y, sobre todo, a un cuadro de plenitud personal. La poca vitalidad con la que encontramos a Lory al inicio del relato se va diluyendo a lo largo de su historia de formación y madurez. El camino de sus propias exigencias —las suyas y las de Ulises— configura esa narración cascada que busca otorgarle un orden y un entendimiento al hallazgo de sí misma. Incinerar sus miedos, llegar a ser otra, compartirse con Ulises desde otra soledad: una menos huidiza, más amable y complacida. Ella se sabe ágora y cariátide de sí misma: desilusiones, fracasos y deseos en una episódica disposición vital. Enfrentar al amor como saber ausente. Es este “el amor sin opio, sin morfina”, como diría Clarice Lispector.

Ficha:

Lispector, Clarice. 2010 [1969]. Aprendizaje o el libro de los placeres, traducción de Cristina Sáenz de Tejada y Juan García Gayo, Barcelona: Siruela, 142 p.

Nuestra biblioteca Mario Vargas Llosa atiende de martes a domingo de 10:00 a.m. a 7:00 p.m. El servicio es gratuito. Solo es necesario llevar el DNI. 

 

Actividades del martes 7 al domingo 12 de marzo de 2017

Foto: Bereniz Tello
Foto: Bereniz Tello

 

Todas las actividades de la Casa de la Literatura Peruana son gratuitas. La dirección es Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima. Estación Desamparados, a una cuadra de la Plaza Mayor.

 

Martes 7

Recital poético
Este recital denominado ‘Las poetas existen’ es  organizado por el Colectivo Mammalia, donde participarán Dalmacia Ruiz Rosas, Leda Quintana, Zoila Capristán, Fiorella Terrazas, Alessandra Tenorio, Carolina Fernández, Isabel Matta, Virginia Benavides, Rocío Valencia, Vanessa Martínez, Mary Soto, Patricia Camacho, Mary Garay y Rocío Hervias.

Lugar: Auditorio. Hora: 6:45 p.m.

 

Miércoles 8

Lectura de poesía a micrófono abierto
Celebrando el Día de la Mujer, el público podrá leer poemas de Magda Portal, Blanca Varela, Carmen Ollé y Victoria Guerrero. Además, se realizará impresiones en serigrafías con poemas de estas autoras.

Lugar: Frontis de la Casa de la Literatura. Hora: de 4:30 a 6:30 p.m.

 

Jueves 9

Tardes de narración
Actividad en la que participarán los integrantes de nuestro Programa Abuelas y Abuelos Cuentacuentos. Mira aquí la agenda de nuestra sala infantil

Lugar: Sala Cota Carvallo. Hora: 4:00 p.m.

 

Recital poético
El recital “Trenza. Tu poema en mi voz” propone entrelazar diversas voces poéticas al estilo de una trenza, es decir, cada poeta leerá dos poemas suyos y uno de otra poeta presente, que será quien continuará la lectura bajo la misma dinámica. Participarán en este evento: Dalmacia Ruiz Rosas, Victoria Guerrero, July Solís, Teresa Cabrera, Alessandra Tenorio, Karina Valcárcel, Gloria Portugal, Juliane Ángeles y Becky Urbina.

Lugar: Auditorio. Hora: 7:00 p.m.

 

Viernes 10

Lectura del libro del mes
Las mediadoras de lectura de nuestra sala infantil nos compartirán el libro El pájaro pintado, del poeta José Watanabe, con ilustraciones de su hija Issa Watanabe. Actividad dirigida a niñas y niños desde los 5 años acompañados con sus padres o cuidadores.

Lugar: Sala Cota Carvallo. Hora: 4:00 p.m.

 

Charla: Teatro, Literatura representaciones femeninas
Desde sus papeles en las obras como Antígona, adaptada por José Watanabe, o Un caballo se lamenta de Bertolt Brecht, la actriz y fundadora de Yuyachkani, Teresa Ralli realizará una charla denominada Teatro, Literatura representaciones femeninas.

Lugar: Sala de Exposición Permanente. Hora: 7:00 p.m.

 

Presentación del libro “El verano y la lluvia”
Libro que recoge un mito de la tradición literaria de la nación Uitoto que ha sido narrada por miembros de dicha comunidad. Autores: Martha y Nereyda López, Santiago y Rember Yahuarcani. En la presentación participarán: Santiago y Rember Yahuarcani, quienes serán acompañados por Alfredo Luna Briceño, viceministro de Interculturalidad del Ministerio de Cultura; Natalia Majluf, directora del Museo de Arte de Lima (MALI); y Milagros Saldarriaga, directora de la Casa de la Literatura Peruana.

Lugar: Auditorio. Hora: 7:00 p.m.

 

 

Sábado 11

 Historias para disfrutar en familia
La invitada de los sábados de cuentacuentos de esta semana será la narradora Silvia Cajahuanca. Actividad dirigida a familias y a niñas y niños desde los 5 años.

Lugar: Sala Carmen Taripha (detrás de la escalera principal). Hora: 3:30 y 4:30 p.m. (dos funciones)

 

Velada de narración de cuentos
La compañía Proyecto mariposa organizará “Traskichiy Warmi”, una velada en compañía del fuego. Es una actividad que se realiza desde 7 años y cuenta con 26 ediciones. Participarán las narradoras María Laura Vélez, Lorena Best y Silvia Cajahuanca.

Lugar: Frontis de la Casa de la Literatura Peruana. Hora: de 6:15 a 7:45 p.m.

 

Ciclo de cine Valientes
Se proyectará el documental Compañeras de viaje, que cuenta la historia de mujeres inmigrantes latinoamericanas en tránsito, que han salido de sus países por diferentes motivos, la mayoría económicos, pero con un denominador común: todas dejan atrás a sus hijos e hijas. Dirección: Oskar Tejedor. Organiza: Mujer Dispara.

Lugar: Sala Carlos Oquendo de Amat. Hora: 6:00 p.m.

 

Presentación del poemario “Del mal amor”
José Cabrera Alva presentará este poemario que se inscribe dentro del marco del nocivo terrorismo que azotó nuestro país en años anteriores y la problemática del migrante andino producto de ello. Da voz a diversos personajes en ese ámbito, apuntando a la polifonía. Acompañarán al autor los poetas Marco Martos y Olga Saavedra.

Lugar: Auditorio. Hora: 7:15 p.m.

 

Domingo 12 

Antiguamente en el monte los animales, las plantas y otros seres eran gente
Los orientadores de la Casa de la Literatura compartirán los mitos y leyendas de las comunidades uitoto y shipibo, cuya cosmovisión está plasmada en unos murales realizados por los artistas Elena Valera, Harry Pinedo y Rember Yahuarcani. Más información aquí

Lugar: Bulevar de la Lectura Infantil. Hora: 4:00 p.m.

 

Espectáculo escénico Unu willayuk. Te voy a contar del agua
Teatro, canto, música, danza y rito para la preservación del agua y la vida en nuestro planeta. A cargo de Chaski Q’enti Arte y Cultura. Dirigido a familias y niños desde los 5 años. Participan: Ana y Débora Correa. Se recomienda llegar por lo menos 30 minutos antes del inicio de la obra. El espectáculo se presentará nuevamente los domingos 19 y 26 de marzo. Más información aquí

Lugar: Auditorio. Horario: 6:30 p.m.

 

 

 

La exposición sobre Blanca Varela cierra con dos visitas guiadas

La exposición sobre Blanca Varela concluirá justo el día en que falleció en 2009. (Foto: Bereniz Tello)
La exposición sobre Blanca Varela concluirá justo el día en que falleció en 2009. (Foto: Bereniz Tello)

 

El domingo 12 de marzo, la exposición Presentimiento de la luz. Vida y obra de Blanca Varela, que se presenta en la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima), llega a su fin con dos visitas guiadas.

La poeta Carmen Ollé estará a cargo del recorrido de 5:00 a 6:00 p.m., mientras que el hijo de Blanca Varela, Vicente de Szyszlo, guiará al segundo grupo que será de 6:00 a 7:00 p.m. El ingreso es libre.

El recorrido será en la Sala de Exposición 1 y la capacidad para cada recorrido será de máximo 30 personas, por lo que se recomienda llegar por lo menos con 30 minutos de anticipación del inicio de cada visita.

La exposición sobre Blanca Varela se inauguró el miércoles 10 de agosto, día en que cumpliría 90 años de edad y concluirá justo el día en que falleció en 2009. La muestra cuenta con archivo personal de la poeta como son fotografías originales, cartas, manuscritos, mecanografiados y textos inéditos.

Si aún no has venido a visitar la exposición, no dejes de hacerlo, ya que solo estará hasta el 12 de marzo. Horario de visitas de martes a domingo de 10:00 a.m. a 7:00 p.m.

 

 

Día de la Mujer: Estos son los eventos que tenemos para ti

Imagen intervenida por Pershing Roncal.
Magda Portal, Carmen Ollé, Blanca Varela y Victoria Guerrero. Imagen intervenida por Pershing Roncal.

 

El Día Internacional de la Mujer se celebra este 8 de marzo, por ello la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima) ha preparado una agenda para todo el mes con charlas, recitales de poesía, proyecciones de película y más.

 

Martes 7

Recital poético

La actividades se inician con el recital poético, denominado ‘Las poetas existen’, que es  organizado por el Colectivo Mammalia, donde participarán Dalmacia Ruiz Rosas, Leda Quintana, Zoila Capristán, Fiorella Terrazas, Alessandra Tenorio, Carolina Fernández, Isabel Matta, Virginia Benavides, Rocío Valencia, Vanessa Martínez, Mary Soto, Patricia Camacho, Mary Garay y Rocío Hervias. Se llevará a cabo en el auditorio a las 6:45 p.m.

 

Miércoles 8

Lectura de poesía a micrófono abierto

Conmemorando el Día de la Mujer, el público podrá leer poemas de Magda Portal, Blanca Varela, Carmen Ollé y Victoria Guerrero. Además, se realizará impresiones en serigrafías con poemas de estas autoras. La actividad se realizará en el frontis de la Casa de la Literatura Peruana. Hora: de 4:30 a 6:30 p.m.

 

Jueves 9

Recital poético

El recital “Trenza. Tu poema en mi voz” propone entrelazar diversas voces poéticas al estilo de una trenza, es decir, cada poeta leerá dos poemas suyos y uno de otra poeta presente, que será quien continuará la lectura bajo la misma dinámica.

Participarán en este evento: Dalmacia Ruiz Rosas, Victoria Guerrero, July Solís, Teresa Cabrera, Alessandra Tenorio, Karina Valcárcel, Gloria Portugal, Juliane Ángeles y Becky Urbina. Se llevará a cabo en el auditorio a las 7:00 p.m.

 

Viernes 10

Charla: Teatro, Literatura representaciones femeninas

Desde sus papeles en las obras como Antígona, adaptada por José Watanabe, o Un caballo se lamenta de Bertolt Brecht, la actriz y fundadora de Yuyachkani, Teresa Ralli realizará una charla denominada Teatro, Literatura representaciones femeninas. El ingreso es libre. Se realizará en la Sala de Exposición Permanente a las 7:00 p.m.

 

Sábado 11

Velada de narración de cuentos

La compañía Proyecto mariposa organizará “Traskichiy Warmi”, una velada en compañía del fuego. Es una actividad que se realiza desde 7 años y cuenta con 26 ediciones. El lugar de la actividad será en el frontis de la Casa de la Literatura Peruana. Hora: de 6:15 a 7:45 p.m.

 

Ciclo de cine Valientes: Compañeras de viaje

El documental cuenta la historia de mujeres inmigrantes latinoamericanas en tránsito, que han salido de sus países por diferentes motivos, la mayoría económicos, pero con un denominador común: todas dejan atrás a sus hijos e hijas. Dirección: Oskar Tejedor. Organiza: Mujer Dispara. El evento se llevará a cabo en la Sala Oquendo de Amat a las 6:00 p.m.

 

 Sábado 18

Ciclo de cine Valientes: Thelma y Louise

Relata la historia de dos mujeres que emprenden un viaje hacia la libertad. Dirección: Ridley Scott. Año: 1991. Organiza: Mujer Dispara. El evento se llevará a cabo en la Sala Oquendo de Amat a las 6:00 p.m.

 

Viernes 24

Charla Voces Tejidas: Las voces de las mujeres indígenas y afroperuanas

Dina Ananco es wampis y awajún, es intérprete oficial, estudiosa de la tradición oral de sus pueblos y escritora en su lengua materna. Ysabel Omega es afroperuana, es intérprete y compositora de reggae y a través de la música reivindica los aportes culturales afroperuanos. Ambas compartirán sus percepciones y experiencias sobre ser mujer y creadora. La actividad se realizará en la Sala de Exposición Permanente. Hora: 7 p.m.

 

Jueves 30

Nueva exposición: Magda Portal

Trazos cortados. Poesía y rebeldía de Magda Portal, es una nueva muestra sobre una de las primeras poetas vanguardistas. En ella se exhibirán manuscritos, fotografías, libros de la autora. Y se contará con una instalación de las artistas Natalia Revilla y Ana Teresa Barboza. Curaduría: Kristel Best y Mauricio Delgado. Investigación: Yaneth Sucasaca y Diana Amaya. Lugar: Sala de Exposición 2. Inauguración: jueves 30 de marzo, a las 7:00 p.m.

 

 

Actividades del sábado 11 y domingo 12 de marzo de 2017

El domingo 12 cierra la exposición de homenaje a Blanca Varela con dos visitas guiadas. Foto: Bereniz Tello.
El domingo 12 cierra la exposición de homenaje a Blanca Varela con dos visitas guiadas. Foto: Bereniz Tello.

 

Todos los eventos de la Casa de la Literatura Peruana son gratuitos. La dirección es Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima. Estación Desamparados, a una cuadra de la Plaza Mayor.

Sábado 11

 Historias para disfrutar en familia
La invitada de los sábados de cuentacuentos de esta semana será la narradora Silvia Cajahuanca. Actividad dirigida a familias y a niñas y niños desde los 5 años.

Lugar: Sala Carmen Taripha (detrás de la escalera principal). Hora: 3:30 y 4:30 p.m. (dos funciones)

 

Velada de narración de cuentos
La compañía Proyecto mariposa organizará “Traskichiy Warmi”, una velada en compañía del fuego. Es una actividad que se realiza desde 7 años y cuenta con 26 ediciones. Participarán las narradoras María Laura Vélez, Lorena Best y Silvia Cajahuanca.

Lugar: Frontis de la Casa de la Literatura Peruana. Hora: de 6:00 a 7:45 p.m.

 

Ciclo de cine Valientes
Se proyectará el documental Compañeras de viaje, que cuenta la historia de mujeres inmigrantes latinoamericanas en tránsito, que han salido de sus países por diferentes motivos, la mayoría económicos, pero con un denominador común: todas dejan atrás a sus hijos e hijas. Dirección: Oskar Tejedor. Organiza: Mujer Dispara.

Lugar: Sala Carlos Oquendo de Amat. Hora: 6:00 p.m.

 

Presentación del poemario “Del mal amor”
José Cabrera Alva presentará este poemario que se inscribe dentro del marco del nocivo terrorismo que azotó nuestro país en años anteriores y la problemática del migrante andino producto de ello. Da voz a diversos personajes en ese ámbito, apuntando a la polifonía. Acompañarán al autor los poetas Marco Martos y Olga Saavedra.

Lugar: Auditorio. Hora: 7:15 p.m.

 

Domingo 12 

Antiguamente en el monte los animales, las plantas y otros seres eran gente
Los orientadores de la Casa de la Literatura compartirán los mitos y leyendas de las comunidades uitoto y shipibo, cuya cosmovisión está plasmada en unos murales realizados por los artistas Elena Valera, Harry Pinedo y Rember Yahuarcani. Más información aquí

Lugar: Bulevar de la Lectura Infantil. Hora: 4:00 p.m.

 

Cierre de la exposición de homenaje a Blanca Varela 
Último día para visitar la exposición en homenaje a nuestra poeta contemporánea más destacada. Como cierre se realizarán visitas guiadas en dos horarios: de 5:00 a 6:00 p.m. (con Carmen Ollé) y de 6:00 a 7:00 p.m. (con Vicente de Szyszlo). Capacidad: 30 personas por grupo. Se recomienda llegar por lo menos media hora antes del inicio de cada recorrido.

Lugar: Sala de Exposición 1. Hora: 5:00 y 6:00 p.m.

Espectáculo escénico Unu willayuk. Te voy a contar del agua
Teatro, canto, música, danza y rito para la preservación del agua y la vida en nuestro planeta. A cargo de Chaski Q’enti Arte y Cultura. Dirigido a familias y niños desde los 5 años. Participan: Ana y Débora Correa. Se recomienda llegar por lo menos 30 minutos antes del inicio de la obra. El espectáculo se presentará nuevamente los domingos 19 y 26 de marzo. Más información aquí

Lugar: Auditorio. Horario: 6:30 p.m.

 

 

Libro de la semana: El año del verano que nunca llegó

El año del verano que nunca llegó - William Ospina
Para más de un lector este libro ha de ser un espectáculo punzante y delicado al presenciar cómo se reactualiza el miedo. (Foto: Bereniz Tello)

Este mes se cumplió un aniversario más de la muerte de Mary Shelley (1797-1851), creadora de Frankenstein o el moderno Prometeo e importante figura del Romanticismo. Esta semana, la Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana reseña El año del verano que nunca llegó (2015) del escritor colombiano William Ospina (Tolima, 1954), libro que reafirma la importancia de la novela de Shelley, de sus contemporáneos y del Romanticismo europeo como movimiento cultural.

Por Manuel Barrós, Biblioteca Mario Vargas Llosa

El año del verano que nunca llegó es el relato de una investigación literaria sobre los hechos ocurridos en el verano de 1816, en Villa Diodati (Ginebra). William Ospina narra el proceso de descubrimiento de los hechos y el progresivo desarrollo de su investigación, intrigado por una historia que, habiendo sido contada tantas veces, aparecía ante él tan llena de enigmas. El 15 de junio de 1816 la erupción del volcán Tambora sumió en una profunda oscuridad a casi toda Europa, causando una serie de desastres en muchas partes del continente y regiones aledañas. Durante tres noches —“la noche más larga del siglo”—, un grupo de jóvenes que se habían reunido en Villa Diodati esperando pasar el verano sin contratiempos, aprovecharon la funesta circunstancia para retarse a escribir el relato más terrorífico. Entre esos jóvenes estaban las figuras más representativas del Romanticismo europeo: tanto los ya consagrado —Lord Byron y Percy B. Shelley, los poetas más importantes de Inglaterra—, como aquellos que a partir de esa reunión repercutirían en las letras mundiales: el médico de Byron, John Polidori y Mary Shelley, esposa de Percy. Y, es que, a orillas de lago Leman, en esa casa, nacieron dos de los monstruos más célebres de nuestra época: Frankenstein, creado por Mary Shelley, y el vampiro, de Polidori.

En una serie de hechos, a primera vista inconexos, el buen azar hizo coincidir a estos jóvenes en Villa Diodati. A partir de acontecimientos de su propia vida, William Ospina concatena los orígenes de los personajes literarios —Frankenstein y el vampiro— con el descubrimiento de su papel en relación a ellos y al Romanticismo. Así, inopinadamente, tiempo, vida y obra se entrelazan. El autor aparece como expositor de su propia historia. Nos ofrece un relato en, al menos, tres capas presentes: la que está investigando (los hechos del verano de 1816 en Villa Diodati desde su antecedentes, desarrollo y consecuencias), las experiencias de su vida que cuenta en relación a la escritura del libro (su propio descubrimiento de lo que investiga) y las del lector, quien se encuentra entre ambas: la erudición de Ospina y el devenir en la modernidad de las fantasías y el miedo de lo fantásticos seres que surgieron aquellas tres noches). En este camino, Ospina no busca ser aleccionador con el lector. Nos muestra lo que aprendió, cómo descubrió el tema y trama principal de su libro. Por eso, muchas veces pareciera que la fascinación —por cómo el horror trastoca distintos pasajes de la humanidad— fuera más que el centro de su investigación: se impone como una sensibilidad a ser saciada. Lo que en el fondo intriga a Ospina es: ¿por qué el terror ha sido tan fecundo? ¿Por qué atrae y desnivela las más distintas sensibilidades? ¿Cómo surge el hallazgo de su fascinación, el clamor de su tormento?

Para responderse a sí mismo, Ospina desarrolla un relato lineal, aunque oscilante. Con distintos fragmentos que se abren paso en cada parte del libro, los hechos del verano de 1816 encuentran su explicación en una elaborada genealogía que se despliega en toda su densidad cultural. Estamos frente a una obra bastante miscelánea, acaso también un Frankestein. Hecho a pedazos, el libro tiene mucho de novela, pero es a la vez diario de viajes, crónica, ensayo, poesía y traducción literaria. Con un delicado equilibro, sus partes se avienen desde todas las direcciones, de todas las procedencias intelectuales posibles, sobrevolando la historia cultural y, más aún, la historia de la sensibilidad en occidente. Por sus páginas desfilan filósofos, científicos, poetas, pintores, músicos, creadores en general que flanquean las aristas de lo ocurrido en Villa Diodati. El despliegue de la erudición del autor no es una mera exhibición intelectual ni una presunción literaria, sino un recurso, una astucia frente a la misteriosa circunstancia hechizada por los meandros de la historia. La escritura sinuosa y episódica del libro facilitó una utilización provechosa de su erudición. Pero, sobre todo, esta elección técnica permitió abrir un mosaico de historias, una retazada galería voces que constituyen el camino para no quedar irresuelto ante la gran complejidad del tema elegido. El autor se armó de restos —poemas, novelas, piezas de teatro— engendros verbales que, sumados a los suyos, zurcieron su curiosidad en capítulos que se entrelazan como partes orgánicas. En ellos William Ospina subyace bajo sus páginas, deseando que los restos lleguen a tener vida.

Así, El año del verano que nunca llegó surge del descubrimiento de un entusiasmo, pero sobre todo de su consecuente búsqueda y allegado mérito de poder contarlo. De ello deviene la cartografía de sus hallazgos: los encuentros y los tropiezos, el anecdotario y las dificultades, entablando diálogos, tendiendo puentes temporales con vivos y muertos. Por eso, no ha de extrañarnos que entre capítulo y capítulo el narrador oscile entre ciudades como Buenos Aires, Ginebra, Indonesia y Bogotá. Las ciudades se entrecruzan, los tiempos se funden emergiendo en constantes indicios para el pensamiento. Aunque por momentos pareciera que Ospina se la pasa ladeando las galerías paralelas de la historia que lo intriga, esta es la apuesta del libro, el riesgo de su estilo. Constantemente, el autor agrega todas las historias que considera necesarias para clarificar el hecho principal. Se detiene a sopesar todas las latitudes que revelan pasajes y habitaciones secretas de la casa donde surgieron los monstruos. Nos referimos a esos recovecos propios de los obsesivos y exageradamente interesados en un tema, respondiéndose todas las preguntas en grado de necesidad. Como lectores sentimos que la historia se va desgajando en manos de Ospina. De ahí que vercómo sigue el paso a sus propias necesidades intelectuales y a su curiosidad lo llevaron a concebir a Villa Diodati como punto de partida y de llegada, casi, casi como la Ítaca de Kavafis: a quien habiendo partido, las demoras del viaje no hacen más que enriquecerle la vida. O como el ensueño de Odiseo en la búsqueda del hogar anhelado, al que solo se llega habiendo atravesado el mundo.

El hallazgo fundamental del libro es que lo que ocurrió en Villa Diodati en 1816 es, antes que nada, un haz de circunstancias. Desde un inicio Ospina la intuye y la presenta como tal. De ahí que a lo largo de todo el relato encontremos al autor tratando de ponderar su magnitud. Políticas, culturales, históricas, estéticas, geográficas, climatológicas, científicas, biográficas y estéticas, el hallazgo de sus circunstancias nos dejan ver a un narrador acaudalado que se deleita como tal ante el descubrimiento de una historia y el de su propio papel en ella. No sería exagerado decir que se trata de una obra que está tan llena de mundo, donde pareciera que cada rincón de la Tierra conjura y se conjuga en sus distintos pasajes para encontrarse en Villa Diodati. La fisiología histórica desentrañada por el libro muestra el enigma de cada uno de sus personajes: los reales, los imaginarios y especialmente los que en el proceso de investigación muestran pertenecer a ambos mundos. Ya entre ellos, Ospina es el personaje más íntimo de su propia historia, la que cuenta o la que descubre para sí.

Y Villa Diodati, la casa de los hechos, es el más enigmático y revelador de todos. Si ya bastante intrigante puede ser enterarse de que dos de los monstruos más célebres de nuestra era nacieron en la misma casa, la misma noche, bajo una irrepetible confluencia de circunstancias, la sensación aumenta al tomar consciencia de que, dos siglos antes que ellos, el Lucifer de John Milton también fue ideado bajo el mismo techo. Algún enigma furibundo y celestial ha de tener aquel lugar para que también haya dado génesis a El paraíso perdido. En todos estos casos hablamos de personajesliterarios con dimensiones míticas tanto para la literatura como para la historia cultural de occidente. Nos referimos a esos seres imaginarios que, habiendo sido pensados y escritos para ser partícipes de un libro, terminan escapando de sus recintos librescos —liberándose de ellos— y encuentran un recinto mayor en la imaginación colectiva. Ellos adquieren una presencia propia en el mundo cuando la realidad se trasunta de ficción. Por eso el Quijote, Frankenstein o el vampiro experimentan —con distintos significados e importancias— una ineluctable actualidad.

Por otra parte, así como Ospina utiliza con precisión las citas a lo largo del libro, también llama la atención una posible ausencia. Y nos detenemos en ella no por ser erudita, sino por su agravante pertinencia. No lo señalamos en tono de ausencia, sino a modo de similitud y de reveladora proximidad con uno de los temas más importantes que están presentes en todo el libro. Como lector, llama la atención que Ospina no citara al Rilke de Las elegías de Duino. Quizá no lo consideraba necesario, aunque sí parece haber afinidad. Lo menciona una vez, pero prefiere seguir dialogando con otros autores alemanes, no solo del periodo romántico: por ejemplo, Kafka, Goethe, Hölderin, Nietzsche. En el primer poema de Las elegías, Rilke —traducido por Juan Rulfo— dice: “porque la belleza no es / sino el nacimiento de lo terrible; un algo / que nosotros podemos admirar y soportar / tan sólo en la medida en que se aviene, / desdeñoso, a existir sin destruirnos”. A lo largo de toda la obra, en los pliegues de las más distintas confluencias, se advierte esa contemplación, pues Ospina bien sabe que el horror y la belleza no son contrarios, sino complementarios. Coexisten; se provocan, se acompañan. Aunque el autor no lo dice, se siente próximo a Rilke, en su fascinación, en concebir a la belleza como una forma del espanto.

Más ahondado en la reflexión, en otros pasajes opta por ensayar para sí el Shakespeare de los románticos. ¿Cuál es el lugar del horror, del espanto? Hoy en día, difícilmente Frankenstein o el vampiro causarían horror o algún temor solapado. Dado que Frankenstein y el vampiro fueron personajes románticos: productos de la fantasía frente al horror, al miedo, una suerte de salida frente al espanto. En la época del sueño de las grandes invenciones y pasiones, la generación de jóvenes en Villa Diodati desbrozaron la mirada ante Shakespeare, porque este prefiguró el horror de los románticos. Ospina nos recuerda que ellos rescataron sus guiños a la belleza desde el espanto, desde lo terrible. Hablamos del horror y del humor tantas veces insólito en Shakespeare. Recordemos, por ejemplo, al sepulturero que cantaba mientras cavaba una tumba, a Hamlet riendo con aquel mientras lo veía trabajar o a Julieta descansando sobre una tumba gótica para despertar anhelante de su adyacente Romeo. Lo que rescata Ospina de Shakespeare es que el horror también nos sobrecoge. Y, es que, en la belleza subyacen las analectas del horror.

Por todo lo dicho, El año del verano que nunca llegó es una lección de literatura. ¿Qué mérito tiene contar una historia tantas veces contada? ¿Qué se puede esperar de un libro que repasa lo ya presentado anteriormente por diversos autores, a través de distintos lenguajes? Como el mismo autor lo señala, estamos ante su versión de lo que ocurrió. Y ante su entusiasmo, escribirlo era la manera más honesta y personal de maravillarse con los hechos. Otorgarle una sensación y una circunstancia a una historia es lo que remienda a la literatura con el mayor grado de alcance del pensamiento. Ospina se funde y funde todo en la escritura. Y en ese proceso, nos recuerda que, en la literatura toda historia es un designio: de los tiempos, de las vidas que en ella se abrevan, de sus espacios de encuentro. Por eso, para más de un lector este libro ha de ser un espectáculo punzante y delicado al presenciar cómo se reactualiza el miedo, cómo se encuentran la fascinación y el horror. En buena cuenta, ver de cerca cómo reflorece un misterio.

Nuestra biblioteca Mario Vargas Llosa atiende de martes a domingo de 10:00 a.m. a 7:00 p.m. El servicio es gratuito. Solo es necesario llevar el DNI. 

Ana y Débora Correa presentan “Unu willayuk. Te voy a contar del agua”

Las hermanas Débora y Ana Correa presentan este espectáculo organizado por Chaski Q’enti Arte y Cultura.
Las hermanas Débora y Ana Correa presentan este espectáculo organizado por Chaski Q’enti Arte y Cultura.

 

Los domingos 5, 12, 19 y 26 de marzo, a las 6:30 p.m., en el auditorio de la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima) se presentarán el espectáculo de cuentos teatralizados Unu willayuk. Te voy a contar del agua, a cargo de las actrices Ana y Débora Correa. El ingreso es libre.

En esta puesta están presentes el teatro, el canto, la música, la danza y el rito dirigido a la preservación del agua y la vida en nuestro planeta.

La obra es presentada por Chaski Q’enti Arte y Cultura.

El espectáculo es dirigido a niñas y niños desde los 5 años de edad. El ingreso es por orden de llegada. Se recomienda llegar por lo menos media hora antes del inicio del espectáculo.

 

 

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