“La Amazonía es mi destino”, discurso de Róger Rumrrill, Premio Casa de la Literatura 2023

Róger Rumrrill posa con la pieza artística elaborada por la artista Graciela Arias. (Foto: Diego Díaz)
Róger Rumrrill posa con la pieza artística elaborada por la artista Graciela Arias. (Foto: Diego Díaz)

El jueves 23 de noviembre la poeta Róger Rumrrill García recibió el Premio Casa de la Literatura 2023. A continuación compartimos el discurso que leyó durante la entrega del galardón.

Por Róger Rumrrill

Un saludo cordial y afectuoso, amazónico, a la señora Directora de la Casa de la Literatura, Magíster Karen Elizabeth Calderón Montoya, a todas las demás autoridades presentes, a mis queridas y queridos y entrañables amigas y amigos y familiares que esta noche comparten este acto memorable e inolvidable para mí.

Expreso mi profundo agradecimiento a la Casa de la Literatura Peruana por este premio otorgado a mi persona, a mi obra como escritor y a mi tarea de investigador amazónico. Asimismo, reitero esta noche mi agradecimiento a la Dra. Leslie Carol Urteaga Peña que, en nombre del Ministerio de Cultura, me reconoció como Personalidad Meritoria de la Cultura 2023.

Un escritor vive y crea bajo el poderoso estímulo de sus lectoras y lectores, de sus amigos, de sus familiares; del impulso  vital que, en mi caso, me han otorgado generosamente los pueblos indígenas andino-amazónicos y mi Axis Mundi, mi Luz de Epifanía, la Amazonía y su hermosa y trágica realidad.

Por eso, yo quiero esta noche compartir este premio con todos ellos y ellas y decirles y reiterarles-como siempre lo he afirmado-que sin este impulso creador hubiera sido imposible escribir, luchar y reafirmarme en mis metas y objetivos amazónicos.

He dedicado mi vida a estudiar, amar, descubrir y sumergirme en la compleja y deslumbrante realidad amazónica del Perú y de toda la cuenca sudamericana. Esta larga trocha vital me ha dado el privilegio de conocer a todas las escritoras y escritores de los siglos XIX, XX y XXI, así como a los personajes de la historia amazónica de esos tres siglos.

En mi memoria y en mi imaginación viven para siempre mis maestros y amigos entrañables, Francisco Izquierdo Ríos, el autor del emblemático relato El bagrecico; Arturo D. Hernández, creador de una de obras maestras del realismo mágico amazónico, Sangama; Humberto del Águila Arriaga, el autor de El collar del curaca, entre otros escritores y escritoras y maestras como Emilia Barcia Bonifatti y Gabriela Porto de Power, que marcaron mi  vida con sus enseñanzas y ejemplos. A la primera abogada litigante del Perú que revolucionó el derecho y la justicia sobre las mujeres, además de valerosa defensora de los pueblos indígenas y los obreros, Miguelina Acosta Cárdenas, nacida en Yurimaguas (1887-1933). No la llegué a conocer personalmente, pero la reconozco como  mi madre intelectual y moral.

Por este compromiso de vida me preguntan qué es la Amazonía para mí, un tema de estudio o una materia prima para la elaboración y producción literaria, o una forma de ganarme la vida, respondo que es eso pero mucho más: es mi destino.

Me interrogan  también sobre cuál el secreto de mi conocimiento amazónico y respondo que el secreto es ser como un niño, curioso y asombrado por la inmensa y desmesurada  realidad amazónica.

Ser como un niño. Estoy  evocando mi lejana niñez. Huérfano de padre a los 6 meses y de madre a los 8 años. Esa madre  maravillosa que le daba de comer cerebros sangrantes de picaflor a su pequeño hijo para que sea creativo, imaginativo. Que prohibía como un mandato bíblico que su hijo  comiera cabeza de pollos para que no fuera burro, torpe; tampoco pata de gallina, para que no tuviera mala letra y sobre todo jamás comiera el pájaro shicapa, que se roba los nidos de otros pájaros, para que no fuera ladrón. Todo el ritual mítico y mágico amazónico para que su hijo fuera el ser humano y el hombre que ella soñaba; idealizaba.

Conocer,  revelar, entender, comprender y explicar la compleja realidad amazónica me ha llevado a utilizar varios géneros literarios en un abordaje multidisciplinario y multidimensional mediante y a través de la poesía, la narrativa, el ensayo, el guion de cine y el periodismo.

A lo largo de más de medio siglo de asedio amoroso, apasionado y en lo posible lúcido sobre la Amazonía he formulado algunas hipótesis acerca de esta realidad social, política, cultural, ambiental y geopolítica, de este universo mágico y mítico que es la Amazonía.

La primera de esas hipótesis, formulada en mi libro La Amazonía Peruana, la última renta estratégica del Perú en el siglo XXI o la Tierra Prometida, publicada en el año 2008 por el CONAM y el PNUD, es que la renta estratégica del Perú en el siglo XXI es la Amazonía, el espacio geopolítico, geoeconómico e hidropolítico  en el distópico mundo global del Tercer Milenio, amenazado por el cambio climático, una guerra nuclear y un colapso económico (Noam Chomsky, dixit).

La otra hipótesis que he planteado en un ensayo titulado Entre Apus y Chullachaquis. La cultura amazónica en el siglo XXI es que la cultura amazónica en el siglo XXI será andino-amazónica. La relación entre los Andes y la Amazonía, que tiene orígenes ancestrales, pero que en la época republicana y sobre todo en los siglos XX y XXI tiene la fuerza de un aluvión, está transformando la economía, la política, la cultura e incluso el biotipo humano. Los Apus Andinos y los Chullachaquis amazónicos se están dando un gran abrazo construyendo una alianza andino-amazónica para salvar la Amazonía de un ecocidio.

He planteado también que en la tercera década del siglo XXI, las sociedades indígenas representan una nueva utopía social en la que la centralidad es la conservación de la Madre Naturaleza. La centralidad de la Madre Naturaleza y la nueva utopía y los paradigmas vivos y vigentes del pensamiento, las cosmologías y cosmovisiones amazónicas  indígenas, articulados a la concepción cosmocéntrica de la naturaleza, animista y panteísta, será el gran tema del arte y la literatura en el siglo XXI, con un nuevo canon literario, andino-amazónico.

En este escenario, el reto de los escritores amazónicos y el mío propio debe ser universalizar la cultura amazónica y amazonizar la cultura universal para desarmar la espada apocalíptica de la supuesta modernidad analfabeta que no sabe ya leer el libro de la naturaleza. Peor que eso: lo está destruyendo.

Quiero concluir, haciéndoles una confesión: los escritores nunca nos jubilamos. Por eso quiero anunciarles que mis próximos libros a escribir y publicar son el tercer tomo de la saga utópica La Virgen del Samiria titulada Terrabona: hacia la Tierra Sin Mal; la novela autobiográfica La noche de la hormiga que, de acuerdo al mito de los indígenas Emberá, la pareja humana está buscando su destino en un universo en tinieblas, una metáfora de la tanática sociedad humana de hoy.

Y, por último, también mi novela titulada Más vidas que un gato, donde narro las 8 voces que he estado condenado a muerte por defender a la Amazonía.

Porque mientras  la amistad entrañable y solidaria de todas y todos ustedes y el amor de mis familiares me genere la amazónica fuerza vital para continuar viviendo, escribiendo y luchando, seguiré, como proclamaba el filósofo Bertrand Russell, sintiendo que cuanto más  más viejo, soy más libre, más radical y más apasionado.

Lima, 23 de noviembre del 2023.