Francisco Izquierdo Ríos: 40 años sin las palabras del escritor

Francisco Izquierdo Ríos en la calle Venecia, en Belén, escenario de su novela publicada en 1971. (Foto: Revista Proceso. Iquitos, 1966.)
Francisco Izquierdo Ríos en la calle Venecia, en Belén, escenario de su novela publicada en 1971. (Foto: Revista Proceso. Iquitos, 1966.)

El 30 de junio de 1981 falleció el escritor Francisco Izquierdo Ríos. Hoy conmemoramos su partida repasando su vida y obra.

 

Por Ricardo Flores Sarmiento

Poco antes de morir, Francisco Izquierdo Ríos estaba terminando de escribir un libro de cuentos y tramaba una novela. Ambos proyectos partían de su biografía. “Siento que ese pozo de mi vida es inagotable. Más bien lo que siento es no haber escrito todo lo que he vivido”(1), le dijo en su última entrevista al escritor iquiteño Róger Rumrrill. Estaban en una habitación del piso 7 del antiguo Hospital del Empleado, donde falleció días después: un martes 30 de junio de 1981.

Su pozo de vida se inauguró muchos años antes. Francisco Izquierdo Ríos nació el 29 de agosto de 1910(2) en Saposoa, un caluroso distrito de la zona de ceja de selva del departamento de San Martín. En ese lugar vivió hasta los 9 años y es ahí donde escuchó por primera vez las narraciones de leyendas y supersticiones de la zona. “[I]ngresando así en el dominio encantado de la tradición popular, cuyo eco se dejará sentir, más tarde, en la mayor parte de sus creaciones”, escribió Francisco Izquierdo Ríos sobre él en el artículo “Tierras del alba” (3).

En 1919, la familia Izquierdo Ríos se mudó a Moyobamba, ahí Francisco cursó sus estudios de primaria y secundaria. Durante la educación media, “en forma desordenada e incipiente, estalla su vocación literaria” (3). Sus primeros escritos “trasuntan ingenuas emociones de marcado sabor romántico o recogen típicos aspectos de la ciudad” (3).

 

Maestro

Al terminar el colegio recibió una beca para estudiar en el Pedagógico Nacional de Varones en Lima. Viajó a la capital donde estudió entre los años 1927 y 1930. Durante el periodo como estudiante conoció a José Carlos Mariátegui con quien colaboró dictando el curso de cultura general a sindicatos de Lima y Vitarte. “El agitado ambiente de la urbe resulta terreno propicio para la tremenda inquietud espiritual del cuentista”, recordó en “Tierras del alba”.

Con 20 años se graduó como maestro de segundo grado e inició su camino de docente, labor que acompañó con el fuego de la creación literaria que se había despertado en su etapa escolar. En su andar como maestro recorrió el país. Enseñó en Moyobamba, Chachapoyas, Yurimaguas e Iquitos, luego asumió como inspector de enseñanza de la provincia de Maynas (1943). Ese mismo año, fue designado como director de la Escuela Nocturna Nº 36 (1943-1964), establecida en Bellavista, el Callao.(2)

Pese a las vicisitudes y las urgencias económicas que pasó durante sus primeros años como docente, esto no lo alejó de la vocación literaria. “(Las dificultades) Le sirven de poderoso estímulo para escribir, enriqueciendo su producción con los motivos que proporcionan los diferentes lugares en que trabaja. De allí que en la obra primigenia del escritor se encuentren jugosas descripciones del paisaje selvático y de la vertiente oriental andina, así como un registro de personajes modelados a semejanza de los hombres de estas regiones”, comenta en “Tierras del alba”.

 

La recopilación de tradición oral y publicaciones

Desde sus primeros años como docente y escritor, le interesaron las publicaciones periódicas. En 1932, cuando es nombrado maestro en Luya, en el departamento de Amazonas, publicó el periódico escolar El Luyano (2). Nueve años después, “resuelto a romper con las ataduras del estéril localismo”(4) publicó la revista “Trocha”, la cual generó debates en el ambiente de literario de Iquitos. A su regreso a Lima en 1943, asumió el cargo de jefe fundador de la sección Folklore y Artes Populares del Ministerio de Educación Pública e inicia su colaboración con la revista Folklore que dirige Florentino Gálvez.

La literatura de Izquierdo Ríos bebe de la tradición oral y su interés por ella se remonta a la infancia. Junto a José María Arguedas, editó los relatos orales enviados y recopilados por maestros del todo el país, los cuales fueron trabajados bajo la indicación de ambos autores. El libro que reunía la recopilación se llamó Mitos, Leyendas y cuentos peruanos y se publicó en 1947. Este un aporte importante de ambos escritores para mantener vivo la memoria popular.

En 1963, asumió la jefatura del departamento de Publicaciones de la Casa de la Cultura del Perú, cargo que ejerció hasta 1973, año en que se jubiló. Durante ese periodo editó una serie de publicaciones, entre ellas, la revista Cultura y Pueblo (1964-1970), la revista contó con 20 números, y presentó artículos de autores reconocidos, así como un acercamiento a la cultura peruana, a la literatura nacional y a la tradición oral.

Después de su jubilación continúo ligado a la literatura, fue jurado en el concurso literario de la Casa de las Américas, en La Habana en 1977 y en 1980 fue elegido como presidente de la Asociación Nacional de Escritores y Artistas (ANEA). En el periodo que ejercía ese cargo, la muerte lo sorprendió.

 

Literatura infantil

La literatura infantil en el Perú no puede ser estudiada sin Francisco Izquierdo Ríos, quien fue uno de los fundadores y de los primeros estudiosos del género. Durante su vida escribió incontables relatos infantiles, reunidos en libros como Cuentos del tío Doroteo (1950), El amigo de los niños (1952), Maestros y niños (1959) o El árbol blanco (1962), entre otros.

Su mirada de la literatura infantil era la de acercar el país y fomentar en los niños, “ciudadanos del mañana”(6) un amor por la historia del Perú, así como por toda la diversidad cultural presente en las regiones: Costa, Sierra y Selva. Su reflexión no fue etérea, sino que la plasmó en el libro La literatura infantil en el Perú (1969), donde expresa cuáles deberían ser las bases para forjar esta literatura en el país.

“Nada más adecuado, entonces, para el niño peruano que un libro así, donde su alma auroral capte la infinita belleza de su territorio y la idiosincrasia del mismo; este libro sería una fuente inexhausta de sentimiento nacionalista y patriótico; así como despertaría en el niño un hondo sentido estético y enraizado amor a la Naturaleza, a la vida”, escribe en La literatura infantil en el Perú (7).

 

Obra

El río literario que corría por sus venas, desembocó en una amplia obra que recorrió la poesía, el cuento, la novela y el ensayo. En sus páginas literarias refleja con un lenguaje sencillo y preciso el paisaje de la selva y se enfoca especialmente en las vivencias del hombre de la Amazonía. Su obra se nutre de su experiencia vital, de sus caminos como docente, así como de la narración oral.

“Para mí la vida, la realidad, es una fuente inagotable de motivos para escribir, el pueblo, la tierra y los recuerdos de la infancia […] Trabajo sin preocuparme por alardes verbales, de acuerdo a mi credo: ‘Escribir de modo natural y sencillo, como crece la hierba. Y que por entre lo escrito se vea la luz de la vida’. En ese sentido, considero como un gran maestro al ruso Anton Chejov”(8), dijo Francisco Izquierdo Ríos durante su presentación en el Primer Encuentro de Narradores en Arequipa en 1965.

Sin proponérselo, junto a Arturo D. Hernández, abrió la trocha de la literatura amazónica y espacialmente en la vertiente narrativa, la cual volvió de alcance nacional con las distinciones que recibió como el Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma (1963) a su libro de relatos El árbol blanco (1962).

“[D]ebemos de considerar la aptitud, la calidad innata de escritor; necesidad de escribir como la de comer y dormir. […] Esta actitud debe ser cultivada para una mejor expresión, a través del tiempo, por medio de lecturas y experiencias de la vida”(8), dijo en otro momento del aquel encuentro en 1965. Izquierdo Ríos fue un ferviente lector y estudioso de César Vallejo, a quien le dedicó más de un ensayo y lo incluyó en el libro Cinco poetas y un novelista (1969), un trabajo  de crítica literaria, donde reflexiona sobre la obra del poeta santiaguino, así como de los autores: Ricardo Peña Barrenechea, Anaximandro Vega, Luis Valle Goicochea, Alejandro Peralta y Ciro Alegría.

Francisco Izquierdo Ríos es uno de los más importantes narradores peruanos del siglo XX, sin embargo, muchos títulos de su obra son inhallables, puesto a que no han vuelto a ser editados. Su amplia y diversa obra, la cual parte, por lo general, de su biografía, tiene novelas como Gregorillo (1957), Mateo Paiva, el maestro (1968) o Belén (1971), las cuales tiene una mirada desde la infancia, desde su experiencia como docente y de las injusticias vistas por él en la Amazonía.

Sin embargo, uno de los puntos altos de su obra son sus cuentos, lo cuales recopiló en libros como Los cuentos de Adán Torres (1965) o su último libro publicado Voyá (1978). Entre ellos tiene un relato memorable: “El bagrecico”, donde narra la vida de un pez de río que va a conocer el mar y como en su camino encuentra dificultades. Incluso ve la muerte de cerca, pero después de todo llega al océano, una vez ahí decide regresar a su hogar. Al llegar ya no es un joven pez, sino uno experimentado, que está dispuesta contar su experiencia a los pequeños.

En su última entrevista le contó a Róger Rumrrill que tenía planeado un viaje a Saposoa en setiembre de 1981. Iba a visitar la tierra que lo vio nacer para conversar con estudiantes. Una marcha que truncó la muerte. Era el regreso de “El bagrecico” después del viaje. A diferencia del pez de río, Francisco Izquierdo Ríos dejó su obra para que todos los lectores podamos hacer ese viaje.

 

 

Bibliografía:

1. Rumrrill, Róger. “Pancho Izquierdo, el personaje que se personificó a sí mismo”. Periódico El Diario. 3 de julio de 1981. Pág. 8.

2. Flores Heredia, Gladys / Kishimoto Yoshimura, Jorge. “Cronología de Francisco Izquierdo Ríos”. Incluido en Izquierdo Ríos, Francisco. Obra completa -Tomo I. Cuentos. Lima: UNMSM – Fondo Editorial, 2011.

3. Izquierdo Ríos, Francisco. Tierras del alba. Lima: Ministerio de Educación, 1946. Artículo revisado en la versión incluida en Izquierdo Ríos, Francisco. Obra completa -Tomo I. Cuentos. Lima: UNMSM – Fondo Editorial, 2011.

4. Rumrrill, Róger. “Panorama literario en Loreto”. Revista Cultura y Pueblo N° 9-10. Diciembre de 1966. Pág. 32.

5. Rumrrill, Róger. “Panorama literario en Loreto”. Revista Cultura y Pueblo N° 9-10. Diciembre de 1966. Pág. 32.

6. Izquierdo Ríos, Francisco. Ande y Selva. Lima: Taller gráfico de Pedro Barrantes Castro, 1939. Artículo revisado en la versión incluida en Izquierdo Ríos, Francisco. Obra completa -Tomo I. Cuentos. Lima: UNMSM – Fondo Editorial, 2011.

7. Izquierdo Ríos, Francisco. La literatura infantil en el Perú. Lima: Casa de la Cultura del Perú, 1969. Pág. 26.

8. Primer Encuentro de Narradores Peruanos Arequipa 1965. Lima: Casa de la Cultura del Perú, 1969.

Artículo consultado

Flores Heredia, Gladys. “La cuentística de Francisco Izquierdo Ríos. Fuego y reflexiones”. Incluido en Izquierdo Ríos, Francisco. Obra completa -Tomo I. Cuentos. Lima: UNMSM – Fondo Editorial, 2011.