Patricia de Souza, la pensadora rebelde: in memoriam

Patricia de Souza se licenció en Letras y también realizó estudios en ciencias sociales y filosofía. (Foto: Andina)
Patricia de Souza se licenció en Letras y también realizó estudios en ciencias sociales y filosofía. (Foto: Andina)

La escritora Patricia de Souza ha fallecido en Francia. Desde la Casa de la Literatura Peruana lamentamos su partida y valoramos su obra, que además está presente en la exposición La vida sin plazos. Escritoras en la ciudad de los 90.

Por Jaime Vargas Luna

Patricia de Souza nació en Cora Cora (Ayacucho, 1964) y creció en Chaclacayo. Inconforme permanente y pensadora rebelde, inquieta e inquietante, siguió estudios de periodismo y filosofía en Lima, trabajó en Caretas y enseñaba francés en San Marcos, antes de mudarse por una temporada a Los Ángeles y después a París. En la capital francesa se quedó varias décadas, doctorándose en Literatura comparada y desarrollando allí la mayor parte de su carrera literaria. En la última década vivió también en Ciudad de México y Caracas, antes de mudarse a Pau, Francia, su última residencia.

Desde la publicación de su primera novela, Cuando llegue la noche (1994), su literatura fue considerada “insular” en la literatura peruana. Ya en ese libro aparecen sus temas principales: el desarraigo, la vulnerabilidad, la soledad, la crítica aguda al ordenamiento social y a la sensibilidad burguesa. El último cuerpo de Úrsula, publicada en Barcelona por Seix Barral en 2000, fue la novela que le dio mayor notoriedad, probablemente porque concentra lo fundamental de su narrativa en la experiencia de una presidiaria mutilada que, desde su vulnerabilidad física se  interroga por vulnerabilidades más profundas y definitivas.

Si bien temáticamente su obra tiene una profunda coherencia ética, quizá se pueda hablar de tres etapas en su narrativa: una primera, que abarcaría Cuando llegue la noche (Lima, Campodónico, 1994), La mentira de un fauno (Madrid, Lengua de Trapo, 1999), Electra en la ciudad (Madrid, Alfaguara, 2006), y Stabat Mater (Madrid, Debate, 2001), con novelas algo más clásicas en estructura y composición. Una segunda, iniciada con El último cuerpo de Úrsula (Barcelona, Seix Barral, 2000) y profundizada con Aquella imagen que transpira (Lima, Sarita Cartonera, 2006), Ellos dos (Lima, Editorial San Marcos, 2007), Erótika, escenas de la vida sexual (México, Jus, 2008), y Tristán (Lima, Altazor, 2010), en las que asume posturas más experimentales y arriesgadas, en un tono confesional y fragmentario, asumiéndose más conscientemente feminista, y buscando, entre otras cosas, generar una escritura que escapase del falo-logo-centrismo, que no intentase contar historias redondas, perfectas, sino evidenciar la fragmentariedad del lenguaje, sus balbuceos; y una última etapa en la que el compromiso social, político y estético se mezclaban haciendo más delgados los límites entre sus últimas novelas Vergüenza (Madrid, Casa de Cartón, 2014), Mujeres que trepan a los árboles (Madrid: Trifaldi, 2017) y sus ensayos, Eva no tiene paraíso (Lima, Altazor, 2011), y Descolonizar el lenguaje (Santiago de Chile: Los Libros de la Mujer Rota, 2015).

Además de su labor como autora, también tradujo la poesía de Michel Leiris y la narrativa de Jean Echenoz. Fue, asimismo, columnista ocasional para el suplemento cultural del diario El País, de España, y mantenía dos blogs www.venusproscrita.blogspot.com, y www.palincestos.blogspot.com

Patricia de Souza escribía incansablemente y su obra, siempre incómoda y cuestionadora, la colocan sin lugar a dudas entre las autoras más importantes de las últimas décadas en la narrativa en español.