
Con siete ediciones realizadas entre marzo y noviembre y más de 150 actividades culturales organizadas por la Casa de la Literatura Peruana del Ministerio de Educación, el festival se consolida como uno de los programas más importantes para el fomento de la lectura.
La edición 2025 del Festival del Libro y la Lectura se inició en marzo y se desarrolló cada mes con temáticas variadas. Durante tres días al mes, la Casa de la Literatura en el Centro Histórico de Lima se transformó en un punto de encuentro entre lectores, autores, librerías, editoriales, artistas plásticos y mediadores culturales.
Este año, Estación de Lectores convocó a más de seis mil asistentes a lo largo de sus siete ediciones —un público diverso compuesto por estudiantes, docentes, familias y público general—. Asimismo, participaron más de 80 feriantes, entre librerías, editoriales e instituciones culturales, quienes ofrecieron una amplia selección de títulos de autores peruanos.
El festival desarrolló una programación temática que permitió abordar la diversidad del ecosistema literario peruano: literatura escrita por mujeres, literatura infantil y juvenil, cómics e historietas, libros de segundo uso, autores literarios contemporáneos, fondos editoriales y bibliodiversidad. Cada una de estas líneas buscó visibilizar distintos circuitos de producción y mediación de la lectura, promoviendo un diálogo amplio entre públicos, creadores y agentes del libro.
Asimismo, el festival avanzó en su objetivo de descentralización cultural con la realización de una edición especial en la provincia de Calca, en Cusco, en el que fortalecieron la vinculación con comunidades lectoras fuera de Lima.
En total, se gestionaron más de 150 eventos culturales cuyo alcance incluye presentaciones de libros, talleres, conversatorios, narración oral, teatro, actividades de mediación e iniciativas de recuperación patrimonial y artística.
El festival, que contó con aliados estratégicos como Editora Perú y el Centro de Difusión Científica y Cultural de la Universidad César Vallejo, no solo consolidó una programación literaria y cultural de alto nivel, sino que también reforzó su dimensión social y educativa. Las ferias ofrecieron acceso a diversos títulos mientras que las actividades artísticas y de mediación promovieron el hábito de la lectura desde la infancia.
Esta iniciativa reafirma el compromiso de la Casa de la Literatura Peruana con la democratización del libro, la literatura y la cultura; con la formación de nuevos lectores, y con la construcción de un espacio plural, inclusivo y sostenible para la lectura en Lima.


