Cronwell Jara y la imaginación de un escritor

Cronwell Jara Jiménez recibió el Premio Casa de la Literatura Peruana 2019. (Foto: Diego Díaz)
Cronwell Jara Jiménez levantando la pieza artística elaborada por Carlos Runcie Tanaka. (Foto: Diego Díaz)

El escritor Cronwell Jara Jiménez recibió el Premio Casa de la Literatura Peruana 2019, máxima distinción institucional, en una ceremonia donde participaron el investigador y crítico literario Enrique Cortez, el poeta piurano Luis Alberto Castillo, la escritora y actriz Cecilia Granadino y la directora de la Casa de la Literatura Peruana, Milagros Saldarriaga Feijóo.

“Por toda su narrativa, que comenta el estado de justicia de un país tan desigual, celebramos la obra de Cronwell Jara, quien desde su laboratorio personal ha conectado al narrador oral y al narrador letrado, ha dotado a los lectores peruanos de una obra profunda”, precisó Enrique Cortez, quien hizo una valoración de la obra de Jara Jiménez.

El poeta piurano Luis Alberto Castillo rememoró los años que pasó junto a Cronwell Jara en el Patio de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos durante los primeros años de la década del setenta. 

“Si bien ahora es más conocido por su vena narrativa, en la década de los 70 publicó sobre todo poesía en las diversas revistas que los estudiantes sanmarquinos editábamos artesanalmente. […] Ahí publicó por ejemplo poemas como “Nuestras musas orinan”; “Sobre un juglar y sus días cotidianos”; “Seis tankas de otoño” en los años posteriores diversas publicaciones literarias de mayor nombradía continuaron dando a conocer el estro poético jariano”, comentó.

Por su parte, la escritora y actriz Cecilia Granadino contó anécdotas cotidianas de Jara Jiménez y culminó con una lectura dramatizada del inicio del cuento “Hueso duro”, el cual recibió el Premio José María Arguedas del 1979 y abrió las puertas del mundo narrativo a su autor.

La directora de la Casa de la Literatura Peruana, Milagros Saldarriaga Feijóo destacó la entrega del premio a Cronwell Jara en el marco del décimo aniversario de la institución y precisó que con su elección se buscó  distinguir a una obra que es cuestionamiento constante desde la lengua, los mundos que representan y el propio lugar del escritor”.

“Hacemos suyo el Premio Casa de la Literatura Peruana 2019, por su entrega al oficio de la escritura como actitud de vida por la relación profunda y apasionada que sostiene con la literatura y con el país”, agregó para finalizar leyendo un fragmento del poema “El Algarrobo”, del autor homenajeado.

La imaginación

El escritor Cronwell Jara Jiménez recibió el Premio Casa de la Literatura Peruana 2019 y leyó su cuento inédito “El mago chiflado y la varita mágica juguetona”, donde la imaginación lleva al personaje principal a la cárcel  y reflexionó sobre ella. “Tengo que recurrir a la imaginación y a la emoción para escribir como en este cuento”, apuntó.

“El buen escritor, como Julio Ramón Ribeyro, José María Arguedas, Mario Vargas Llosa, Jorge Luis Borges o Julio Cortázar tiene que usar la imaginación y escribir como locos (llenos de imaginación)”, dijo el autor de Montacerdos.

“Por la imaginación nosotros logramos hacer historias, pero ya no la historia oficial, la que escribió Jorge Basadre, Lumbreras, Flores Galindo, sino hacemos otro tipo de historia. Una que tiene que ver con el arte, porque la literatura también es historia”, añadió.

El escritor galardonado se refirió a su próxima novela Patio de Letras y habló sobre el uso de la imaginación en ella. “En esa novela he usado la sociología, la historia me ha ayudado a precisar los problemas políticos y sociales, que se dan en las décadas del 70, 80 y 90, años donde se enmarca esta novela. Ahí (en la escritura) siento que la literatura y la imaginación son muy importantes”, acotó.

“Agradezco a la Casa de la Literatura Peruana por este premio que se me concede. Siento que este premio no necesariamente me están premiando a mí, sino a mis amigos. Agradezco su presencia, porque sin ellos la vida no tiene sentido”, agregó.

Finalmente, agradeció de manera especial a Américo Mudarra y a Hildebrando Pérez Grande por la motivación que le dieron cada uno en su momento para impulsarlo a escribir cuentos y novelas, respectivamente. De esas motivaciones nacieron “Hueso duro”, Montacerdos, Faite y su novela Patio de Letras. También agradeció a Pedro Ugarte Valdivia, quien fuese su alumno en los talleres de narrativa, y ahora es un amigo y atento lector de su obra.