Publicación de la semana: “Primera muerte de María”, de Jorge Eduardo Eielson

Foto: Tom Quiroz
Foto: Tom Quiroz

Este 13 de abril se cumplen 94 años del natalicio de uno de los más importantes artistas latinoamericanos del siglo XX: Jorge Eduardo Eielson. Además de poeta y artista plástico, el autor de la Noche oscura del cuerpo también cultivó la narrativa con un estilo singular. Te invitamos a leer su hermosa novela Primera muerte de María (Santuario Editorial, 2014).

 

Por Antonio Chumbile, Biblioteca Mario Vargas Llosa

De ser indiscutiblemente valorado por su poesía, la figura de Jorge Eduardo Eielson (Lima, 1924 – Milán, 2006) también ha ido ganando amplio reconocimiento en las artes plásticas. En los últimos años, gracias a algunas exposiciones y a una gran cantidad de estudios e investigaciones en torno a su obra, podemos afirmar que Eielson ya tiene un prestigioso lugar en la historia del arte peruano. Sin embargo, aún se encuentra pendiente la consolidación del reconocimiento a su producción narrativa, la cual consta de dos novelas muy singulares: El cuerpo de Giulia-no (1971) y Primera muerte de María (1988). Consideramos que ambos libros bastan para situarlo en un lugar importante dentro de nuestra narrativa moderna.

Aunque empezó a escribirla a finales de los años 50, Primera muerte de María fue publicada por primera vez en 1988 por el Fondo de Cultura de México. Desde entonces, se convirtió en un libro muy difícil de hallar en Perú, hasta que la edición de Santuario Editorial pudo volver a acercarnos a esta hermosa novela que, a pesar de contar con poco más de cien páginas, nos hace un recorrido por casi todos los temas recurrentes en la obra de Eielson: el cuerpo, el amor, el erotismo, la religión, el mar, los desiertos y la ciudad de Lima.

Primera muerte de María es un libro híbrido que transita entre la novela, el ensayo y el diario personal. La historia de sus protagonistas se enreda y desenreda explícitamente con la vida y visión artística de Jorge Eduardo Eielson. En la trama, por un lado tenemos a María Magdalena Pacheco, una hermosa morena de clase media baja cuya vida se verá sacudida por José, Pedro y Roberto, hombres que le brindarán distintas experiencias de amor y necesidades que la tendrán como un péndulo entre la dicha y la tristeza. Por otro lado, tenemos una fuerte presencia de las opiniones y experiencias del autor sobre la ciudad de Lima, sus propios personajes y el arte de la escritura. Todos estos elementos se ven arrastrados en una suerte de streep-tease donde Lady Ciclotrón (nombre artístico de María Magdalena) y el autor se van desnudando de sus conflictos, temores y deseos en cada escena. De este modo, los diarios se alternan con capítulos que llevan el nombre de las prendas que Lady Ciclotrón se va quitando: los guantes, el sostén, las medias, el triángulo violeta, etc. Como claramente lo señala el autor: “mi verdadera tentativa no fue la escritura de una novela, sino la composición de una suerte de espectáculo escrito…” (p. 124).

Por si fuera poco, la historia de la novela se sitúa en un futuro apocalíptico de la ciudad de Lima. Los escenarios y costumbres de la nueva ciudad bordean la ciencia ficción: el Centro Histórico se encuentra en escombros e invadido por gallinazos; los más pudientes se han retirado a otros reinos con jardines tecnológicos; los artistas y soñadores tienen derecho a solo unos minutos de vista del ocaso; y por las noches toda la ciudad queda a oscuras debido a un toldo gigante que los resguarda. Curiosamente, en este futuro distópico, no faltan las tradiciones limeñas entorno al Señor de los Milagros, los pescadores, la comida y hasta el fútbol. Sin duda, el lector se llevará varias sorpresas al encontrarse con este derroche de imaginación, sensualidad y símbolos en la narrativa de Eielson.

Por otro lado, María Magdalena Pacheco podría tratarse de uno de los personajes femeninos más idealizados de la literatura peruana. En un desborde de poesía y color, el autor de Habitación en Roma detiene la narración para reflexionar sobre ella en uno de los pasajes de su diario: “María Magdalena era la desesperación hecha mujer, la pureza de la Ostia Negra y el Vino Púrpura de los Anacoretas. Lo opuesto a la descomposición y el cálculo, su corazón era un torbellino, su sexo, una revolución. Demasiado inventada. Demasiado violeta para que yo, ni nadie, pudiera comprenderla.”(p. 45)

Además del intenso tono poético y personal con las cuales fueron escritas, las novelas de Eielson tienen un valor especial: son las obras más intertextuales en toda su producción artística. Así como en El cuerpo de Giulia-no encontramos referencias explícitas a la poesía, el arte prehispánico y los famosos nudos y “quipus”, en Primera muerte de María también se evidencian sus nexos con la performance, el ensayo, las artes plásticas y las experiencias personales del autor. Por ejemplo, basta seguir el rastro de María Magdalena para hallarla en otras obras además de esta novela: un poema homónimo de 1949; la performance Interrupción (1980) realizada en Lima; e incluso la influencia del paisaje costero en los cuadros de la serie Paisaje infinito de la costa del Perú (1960). Toda la obra de Eielson parece estar interconectada en un enorme cuadro donde sus novelas son los discretos nudos que la mantienen unida. Y es que la sensibilidad de un gran artista como Eielson suele desbordar los géneros y las palabras para acercarse más a la vida.

La novela Primera muerte de María de Jorge Eduardo Eielson forma parte de nuestra Colección de literatura peruana en la biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana. Pueden consultar el libro gratuitamente de martes a domingo de 10:00 am. a 7:00 pm.