La formación de mediadores de lectura para la primera infancia

Mónica Correia compartió su experiencia en el grupo de investigación Lectura y Escritura en la Primera Infancia (LEPI). (Foto: Eduardo Vásquez)
Mónica Correia compartió su experiencia en el grupo de investigación Lectura y Escritura en la Primera Infancia (LEPI). (Foto: Eduardo Vásquez)

 

La especialista en educación inicial Mónica Correia Baptista resaltó la importancia de la mediación lectora en la formación de futuros lectores entre niños y niñas de cero a seis años. Durante su presentación en el VII Congreso de Literatura Infantil y Juvenil, la investigadora brasileña compartió su experiencia con docentes en la Universidad Federal de Minas Gerais, donde coordina el grupo de investigación Lectura y Escritura en la Primera Infancia (LEPI). El título de su conferencia fue Libros infantiles para niños y niñas menores de seis años y el papel de la mediación.

Es precisamente sobre este centro de formación donde la invitada focalizó su exposición y presentó el planeamiento y el proceso de trabajo que se realiza en el espacio de Bebetecas. “Este espacio se encuentra dentro de la universidad y está dirigido a maestros y tiene entre sus objetivos la formación de mediadores de lectura”, precisó. Sin embargo, para la evaluación y certificación de los docentes se convoca a padres de familias y a niños y niñas entre 0 y 6 años.

“La bebeteca es un espacio pensado y estructurado en conformidad con una concepción de educación literaria desde la primera infancia, constituida por un acervo de libros destinados a niños de cero a seis años de edad”, puntualizó. La Bebeteca de la Universidad de Minas Gerais, sostuvo, cuenta aun con una colección pequeña de 2,500 libros.

 

UN INICIO DIFÍCIL

En la formación de estos docentes se seleccionan libros de acuerdo a diversos ejes temáticos, y, además, todos leen los mismos textos. En esta etapa es fundamental la alianza con las municipalidades, quienes compran los libros con los cuales los docentes trabajan con los niños, quienes a su vez asisten a las bebetecas de las distintas jurisdicciones de Brasil, las cuales se denominan Unidad Municipal de Educación Infantil (UMEI).

“El inicio del proyecto fue difícil porque a los maestros no les gustaban los libros o no sabían elegir qué textos leer. Se repensó la formación de los maestros”, manifestó Correia Baptista, al tiempo que resaltó el objetivo principal del trabajo con los docentes: la elaboración de material diversificado de formación a partir de la reflexión y análisis conjuntos de prácticas educativas desarrolladas por maestras de educación inicial. Asimismo, fueron monitoreando el trabajo a través productos tales como videos, dinámicas y fichas para recopilar los resultados.

“El letramento (literacidad) literario necesita de la escuela para concretizarse, o sea demanda un proceso educativo complejo”, añadió.

 

LITERATURA Y PRIMERA INFANCIA

En este punto de su exposición subrayó el papel central que el lenguaje escrito cumple en la construcción del pensamiento infantil. “Esa capacidad de transformar el lenguaje en un elemento lúdico, de múltiples sentidos y posibilidades, revela la aproximación armónica entre literatura y niño”, expresó.

“No se puede concebir la lectura en la educación infantil simplemente como herramienta para acrecentar la competencia académica de los niños, aunque ese impacto sea evidente. Se trata más bien de ofrecer a ellos el material simbólico inicial para que puedan ir descubriendo quiénes son ellos, pero también lo que ellos quieren ser”, advirtió. En ese sentido, remarcó que la formación del lector de literatura no se completa en la educación infantil, pero “ciertamente allí se inicia”.

 

RESULTADOS DE LA OBSERVACIÓN Y LOS RETOS

Luego de haber evaluado el contexto y trabajado la selección de textos surgen algunas conclusiones. Primero, es la relación de respeto que se mantuvo entre los profesionales. Así también la búsqueda para asegurar el protagonismo a los niños, lo cual se manifiesta en la ocupación de los espacios, los muebles y la elección de los materiales de trabajo. Además, la labor de mediación lectora se realiza en “ambientes tranquilos y afectuosos”.

Por otro lado, compartió algunos retos que tienen que afrontar los mediadores, entre ellos la desconfianza y desconocimiento de las potencialidades del niño, así como el poco o nulo conocimiento de la literatura infantil, y el escaso conocimiento teórico para apoyar decisiones como la elección de libros.

 

UNA HISTORIA ESTREMECEDORA

Mónica Correia cerró su intervención con una dinámica. Leyó y mostró imágenes del libro álbum Zorro, de la autora australiana Margaret Wild e ilustraciones de Ron Brooks, que presenta una estremecedora historia sobre la amistad, la lealtad, la seducción y la traición.

Por la temática del libro, la expositora interrogó al público sobre si consideraban pertinente relatar esta historia a niños de 4 años. Algunos de los presentes dijeron que no, por ser esta historia “muy chocante” y “triste”. Sin embargo, Correia mostró un video con las reacciones de un grupo de niños y niñas de 4 años a quienes les relataron la historia. En la grabación se muestra el rol activo que cumple la mediadora de lectura y la elaboración, por parte de los niños, de sus propias explicaciones sobre los sucesos que la autora del libro presenta.

“Queda demostrado allí la importancia de la mediación lectora”, puntualizó.