Domingo 24 de agosto: Jornada de lectura ribeyriana con “Prosas apátridas”

La Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana realizará este domingo 24 de agosto, de 4 a 6 p.m., una actividad denominada Jornada de lectura ribeyriana: Prosas apátridas, la cual está dirigida a los lectores interesados en la figura de Julio Ramón Ribeyro y en la lectura de una de las obras más apreciadas de este escritor. El ingreso es libre.

Este evento se realizará a través un circuito de actividades literarias lectoras que comprenden: contexto literario de la obra y el autor, lectura personal y comentarios de las prosas y un proceso de producción textual en un área llamada “Cordel Literario” que se implementará en el hall de la biblioteca.

La dirección de la Casa de la Literatura Peruana es Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima (Antigua Estación Desamparados), a una cuadra de la Plaza de Armas de Lima.

PROGRAMA

– 4.00 p.m.- 4.30 p.m.

Contexto literario de las Prosas apátridas. Datos curiosos de Julio Ramón Ribeyro. Facilitador: Jorge De la Cruz, orientador literario.
Lugar: Auditorio

– 4.30 p.m. -5.30 p.m.

Lecturas y comentarios de las Prosas apátridas

Lugar: Biblioteca

– 5.30 p.m. – 6.00 p.m.

* Producción personal de nuevas prosas. Exhibición en el Cordel Literario.

* Sorteo de revistas literarias

* Lugar: Hall de la Biblioteca

SOBRE LA OBRA A COMENTAR

Prosas apátridas es un libro de notas personales, con dosis de aforismos, ensayos filosóficos y diarios, donde el autor expresa sus reflexiones más íntimas, sus intuiciones del momento o sus aprehensiones instantáneas de la realidad. Sus anotaciones abordan temas tan diversos como la literatura, la memoria y el olvido, la vejez y la infancia o el amor y el sexo. El estilo de la obra, elegante y preciso, y su ironía y amarga lucidez captan la condición del hombre moderno en toda su profundidad.

Julio Ramón Ribeyro expresó: “No soy yo el apátrida, lo son las prosas que forman el libro. Sencillamente porque carecen de patria literaria. Son textos que escribí sin un objeto preciso, con la vaga idea de incluirlos luego en alguna novela, cuento o ensayo, pero que se quedaron sin destino, desamparados. Es así que decidí reunirlos, dotarlos de un espacio común, a pesar de su diferente origen, motivo o inspiración. De allí el título de Prosas apátridas”.