Publicación de la semana: “Doña Francisca Pizarro”, de María Rostworowski

La publicación destacada de esta semana en la Biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Ancash 207, Centro Histórico de Lima) es uno de los trabajos históricos de María Rostworowski, quien cumplió 100 años el último sábado.

Por Bruno Ysla Heredia

No es muy conocido que una de las hijas del Inca Huayna Cápac tuvo descendencia con el conquistador Francisco Pizarro. De la unión del español y la princesa inca nacieron dos hijos: Gonzalo, el menor, que murió pequeño, y Francisca, quien vivió entre 1534 y 1598.

Lo que sí es conocido es que el fin de semana que pasó, la historiadora María Rostworowski cumplió 100 años, muchos de los cuales han sido dedicados con ahínco al estudio de nuestra historia. Discípula de Raúl Porras Barrenechea, y una de las impulsoras del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), ha publicado numeroso material sobre el período prehispánico. Son clásicos sus trabajos sobre el Inca Pachacútec o su Historia del Tahuantinsuyu, aunque también ha ido más allá de este período. Precisamente, uno de sus trabajos de madurez es el que tiene por título Francisca Pizarro. Una ilustre mestiza 1534-1598.

Publicado originalmente cuando Rostworowski tenía 75 años, en 1989, y revisado y ampliado en una tercera edición a sus 88, en 2003 (en ambas oportunidades por el IEP), el texto es narrado de una manera amena y didáctica. No sólo cuenta la historia de Francisca Pizarro, sino también la de su madre, llamada originalmente Quispe Sisa, y luego, tras ser bautizada, Inés Huaylas Yupanqui, hija de Contarhuacho, una de las esposas del Inca Huayna Cápac. Además, se compara el caso de Francisca con el de otras dos mestizas y también con la historia del Inca Garcilaso de la Vega, quien, a diferencia de Pizarro, sí tuvo contacto con su familia nativa.

Tómese la siguiente cita como una muestra del espíritu ameno de la narración:

“Quizá la alegre y graciosa ñusta atrajo la atención del maduro conquistador y a su pedido, Atahualpa la entregó a Pizarro por compañera, sin preguntarle seguramente su opinión.”

Y de su didacticismo:

“El Perú del siglo XVI carece de testimonios personales,  como cartas, memorias o diarios íntimos, a diferencia de Europa, en donde desde siglos atrás se guardaba la costumbre de mantener correspondencia con distintas personas, y de apuntar y narrar las impresiones tal como se presentan en el correr del diario vivir. La situación del Perú puede explicarse por el alto índice de analfabetismo entre los conquistadores y demás participantes de la invasión, circunstancia que se vio agravada por una población nativa totalmente ágrafa. Por ese motivo, y en ausencia de noticias íntimas que no fuesen documentos administrativos u oficiales, cobran importancia los testamentos porque, a pesar de las consabidas cláusulas sobre donaciones, limosnas, misas, mandas, obras pías, y otras, se traduce en ellos algo del profundo sentir personal. Doña Francisca confesaba en su testamento haber querido mucho a su tío Gonzalo, única nota emotiva y de cariño expresada en el documento.”

El texto también ofrece claras muestras de cómo a través del estudio del pasado se entiende el presente:

“…Más hubiera valido tener una capital serrana y un gran puerto marítimo, creando así dos polos de influencia y equilibrio. Ello hubiera impedido la avasalladora supremacía costeña que ha contribuido al olvido de que el Perú es fundamentalmente una nación andina y serrana. En la determinación de Pizarro es posible que influyera el reducido número de españoles que existía en el Perú.”

Y de que, no por ser de carácter divulgativo,  se debe dejar de lado una de las principales tareas del historiador, al decir de Ruggiero Romano, ofrecer nuevas preguntas más que respuestas:
“Desde muy joven Inés tuvo que aceptar un destino impuesto. No escogió a su amante ni a su esposo ¿Desearía la libertad? ¿Acaso antes de llegar a Cajamarca sentía amor por algún muchacho de su entorno?

La vida de las mujeres, siglos atrás, no era fácil. Los padres y maridos imponían su voluntad y ellas tenían la obligación de acatar las órdenes.”

Visite la Biblioteca Mario Vargas Llosa y celebre los 100 años de nuestra historiadora leyendo ésta y otras importantes obras suyas. También puede visitar la web que el Instituto de Estudios Peruanos ha creado en su homenaje en http://www.rostworowski.iep.org.pe/. Recuerde nuestro horario: de martes a domingo, de 10:00 a.m. a 7:00 p.m.  El ingreso a la Biblioteca es libre, sólo es necesario mostrar el DNI.