Fallece el poeta Walter Curonisy

Poeta Walter Curonisy

Walter Curonisy Lostaunau (Lima, 1940), poeta peruano de la generación del 60, considerado uno de los pioneros en el teatro, la televisión y el cine peruanos, ha fallecido recientemente.

Curonisy publicó en vida los poemarios Poema a Allen Ginsberg (1977), Los locos por el cielo (1979), El matrimonio sagrado (1997) y Rehenes en el tiempo (2008), libro que reúne sus obras previas y agrega una cantidad importante de poemas inéditas. Asimismo en su cuarto libro inserta algunos dibujos de su propia factura y otros de Ginsberg, escritor con el que tuvo una gran cercanía durante la estadía de éste en Perú.

Dada la elevada temática de rasgos religioso-filosóficos que abundan en la poética de Curonisy, un halo de misticismo generado además por una abundante producción poco divulgada, fosforece en la atmósfera del autor. Parte de su obra ha sido además publicada en diversas antologías peruanas.

Dibujo de Walter Curonisy
Carátula del último libro de Curonisy, donde se reúne buena parte de su obra poética

La actividad relacionada al teatro también ha sido intensa, habiendo codirigido con Carlos Tossi las obras “Los negros” de Jean Genet y “La granada” de Rodolfo Walsh. Actuó y dirigió la obra “El ojo de vidrio” de Joe Orton. En la década del 80 reactualizó en Huanchaco, playa de La Libertad, el mito de Takaynamo, mediante un alegre festival pleno de música y danzas.

Walter Curonisy vivía desde 1976 en el balneario de Huanchaco junto a su esposa la poeta peruana Elvira Roca Rey, en una suerte de exilio voluntario que ellos calificaban como “sanador”.

[Con información tomada de: http://mininayelnapalm.blogspot.com/2009/10/walter-curonisy-lostaunau-peru-1940.html]

Aquí los dejamos con algunos poemas de Walter Curonisy:

Jesús sale de miedo
con una vida más endeble
hacia el terror
atravesando falsedades que lo
expulsan a interiores de amargura
que ni lo acogen
a voces mugrosas de odio
a fatales primicias como
a lugares yermos
a incursiones por el espanto
a pasillos de soledad espantosa
a la demencia de una ciudad
servida a los gusanos
al dolo incruento de los pudientes
rescatados del tedio
sale a perdedor
a la carrera
con lo puesto
sale a las vísceras de la ciudad
igual que a un laberinto
y vuelta a recordar el vientre en su oscuridad.

de Coincidentia Oppositorum

—-

La madriguera atrae como las madres
se viaja por los planetas hacia ellas
sin ningún asco se padece el viaje
la nostalgia de haber sido
un alojado en el vientre
enceguece
torna inmadura al peregrino
¿extrañar a mi madre?
¿extrañar a una muerta como a una cruz?
¿estar clavado a ese madero?
¿ser el Nazareno que busca a la Virgen?
hay una cerrada venganza
de los que no están locos
contra la locura
si todas las noches
un esqueleto odiado con su guadaña
me persigue
en el espectro de mi madre
muerta mucho antes que yo.

de Coincidentia Oppositorum

—-

La vanidad no envejece
cae del alma a la locura
el aplauso inmerecido
es el que más aclama
el que halaga sabe ejercer
su milenario oficio
nadie se libra del Tartufo
que lo aconseja
del Yago que en el sueño lo persigue
el que bosteza ante el aplauso vulgar
y el vituperio
no está perdido
la codicia incrementa la vanidad
por eso nadie más vanidoso
que quien lo posee todo.

de Polvo cósmico