Pasiones (in)nombrables: lesbianismo en la narrativa latinoamericana del siglo XX

El investigador Richard Leonardo aseguró que falta investigación de la literatura lesbiana. (Foto: Eduardo Vásquez)
El investigador Richard Leonardo aseguró que falta investigación de la literatura lesbiana. (Foto: Eduardo Vásquez)

 

“A Chloe le gustaba Olivia… leí. Y entonces me di cuenta de qué inmenso cambio representaba aquello. Era la primera vez que en un libro a Chloe le gustaba Olivia”.

Una habitación propia de Virginia Woolf.

 

El investigador literario Richard Leonardo presentó la conferencia Pasiones (in)nombrables: lesbianismo en la narrativa latinoamericana del siglo XX el último viernes 3 de marzo, donde hizo un repaso de la obra al alrededor del lesbianismo, un tema que considera que ha sido “soslayado por la crítica especializada en América Latina”.

¿EXISTE UNA LITERATURA LÉSBICA?

Es la primera interrogante que responde a la que indica “que es escasa en nuestro continente, no hay una producción de estas obras”, y plantea que “el miedo sigue actuando en las lesbianas como un policía interno, les cuesta hablar, más aun escribir”.

Reveló que cuando comenzó a estudiar lo queer en la literatura homosexual, había diversidad de títulos y autores y hasta incluso “había dificultad para escoger”, sin embargo, en el caso autoras que hablan del lesbianismo “hay mucho en poesía, algo en teatro, pero en narrativa no había descubierto nada o muy poco”.

“De alguna manera la poesía es un discurso más pegado a la subjetividad, más pegado a lo intrínseco mediante una especie código personal las lesbianas empiezan a manifestarse, algo que pareciera que en la narrativa no se da tan fácil”, acota.

“Las posibilidad de publicación está limitada a una valoración de la estética con arcos de referencia androcéntricos. ¿Qué significa? Que la literatura latinoamericana está pensada desde una visión androcéntrica donde se privilegia a lo masculino. (…) Los actores canónicos son hombres y no es una casualidad”, añade.

¿HAY LIBROS DE LESBIANISMO EN LATINOAMÉRICA?

“La literatura lesbiana existe en Latinoamérica, pero falta descubrirla, hay que hacer una especie de arqueología para poder encontrar algunos textos como de los que les voy a hablar un poco”, detalla Richard Leonardo.

El investigador habla en primer lugar de Amora de Rosamaría Roffiel (1989, México), que es considerada como una novela fundadora del lesbianismo. Richard Leonardo la describe como la primera novela de mujeres protagonistas, que, además, de hablar de sus vidas se ven envueltas en un mar de historias cuya temática principal es el amor entre mujeres.

“No estamos ante una lesbiana que el mundo se le cae y no sabe qué hacer. Estamos ante una lesbiana que entiende cómo se mueve el mundo de la sociedad y empieza a desarrollar determinadas estrategias para poder enfrentar este mundo, por eso es una novela política en el sentido completo de la palabra”, precisa y cita un fragmento de la novela:

“-¿Por qué te refieres a ti misma como lesbiana si también tienes relaciones con hombres?

-Es una forma de militar. La gente tiene una imagen muy estereotipada de la lesbiana: marimacha de pantalones, chamarra de cuero, cuando te les presentas femenina, dulcecita, cariñosa y amable, pues les rompes los esquemas, y a veces hasta llegan agarran cierta conciencia. Yo creo que la moral es cuestión de épocas y de necesidades políticas, y que lo clandestino y terrible deja de serlo cuando se habla de ello y se vuelve lo que es: parte de nuestra cotidianidad…”.

Dos mujeres de Sara Levi Calderón (1990 en México). Es la segunda novela que toca el lesbianismo en México. Tuvo un inicio complicado luego de que el padre de la autora compró toda la primera edición. Además, por este libro Sara Levi fue perseguida y tuvo que irse a vivir a Estados Unidos, donde publicó la segunda edición de la novela, que es colocada en el balance actual por encima de Amora.

“Hay toda una concepción de la a novela como un ejercicio de búsqueda personal. Si Amora es una especie de manual para ser lesbiana y sobrevivir como tal en una sociedad, Dos mujeres es un texto que permite a través de la escritura reencontrar este yo lesbiano”, precisa Richard Leonardo.

El investigador también da cuenta de novelas más antiguas como es el caso de La condesa sangrienta de Alejandra Pizarnik, publicada en 1971. “Hay gente que dice que no es un texto lésbico, porque no hay un escena de sexo, pero estamos ante un personaje lesbiano”, detalla.

La novela Monte de venus de Reina Roffé, publicada en 1976, en Argentina, fue decomisada por la dictadura de ese momento porque mostraba a una mujer lesbiana empoderada, además, de los barrios marginales de ese país.

En breve cárcel de Sylvia Molloy (1981 en Argentina) narra la historia de una mujer que cuando llega al lugar donde se reunía con sus amantes comienza a reflexionar sobre su condición de lesbiana. “(Esta novela) tiene el mérito de que no solo va a ser una clave lesbiana, sino que también va ser leído como una clave social”, indica Richard Leonardo.

Otros textos mencionados fueron Cárcel de Mujeres de María Carolina Geel (1956 en Chile), y los cuentos de la autora cubana Ena Lucía Portela, “Dos almas perdidas nadando en una pecera” (1990 de Cuba) y “Sombrío despertar de la avestruz” (1996).

LITERATURA LESBIANA EN PERÚ

En el Perú, hay un texto que hasta el momento es el más antiguo de lesbianismo en la literatura de Latinoamérica, según la investigación de Richard Leonardo. El título de la novela es Confesiones de Dorish Dam de Delia Colmenares Herrera (1929), quien pasa a la historia como periodista y poeta posmodernista.

Richard Leonardo indica que el libro muestra “a una mujer adinerada cosmopolita, una mujer intelectual, que reúne a una serie de seudo artistas, donde ellos viven plenamente su sexualidad”, comenta que “a diferencia de los textos latinoamericanos posteriores donde no se quieren decir las cosas por su nombre, en este libro sí se hace” y cita un fragmento del texto:

“…la Baronesa es mi gran enamorado, mejor dicho ella me hace el amor a mí. ¡Es encantador! Cuando recién me conoció me regalaba continuamente flores, perfumes, bombones… iba con ella a todas partes, luego me besaba diciéndome palabras muy bonitas de que yo era tan buena y tan linda que por ello me admiraba y me quería… Tal, como si fuese un macho enamorado de una hembra.

Después llegó lo sensual: querer verme el cuerpo para acariciarlo y de la caricia llegaba el vértigo y el espasmo…”.

Si bien Confesiones de Dorish Dam es tal vez el título más antiguo, el primer texto que da conocer la narrativa lesbiana en el Perú es Las dos caras del deseo de Carmen Ollé, publicado en 1994. “Esta novela ha sido estudiada bien en los últimos años, aunque falta profundizar”, precisa Richard Leonardo.

“A mí me parece interesante esta novela de Carmen Ollé porque busca pensar lo lesbiano más allá de los estereotipos y ese es un gran mérito de esta novela”, agrega.

El investigar realizó una breve comparación entre esta novela de Carmen Ollé y la obra de Jaime Bayly, quien aborda en muchos puntos lo homosexual.

“Jaime Bayly cuando escribe sobre los gays está intentado ser verosímil, hacer creíble lo que está escribiendo. Entonces, cuando lo leo encuentra a un gay escandaloso, chismoso, que tiene una conducta sexual muy rápida”, indica.

“En cambio, cuando leemos a Carmen Ollé nos encontramos con un tipo de lesbiana que no corresponde con los estereotipos que se han ido forjando con el tiempo y, entonces los lectores se aceran a la novela y dicen: ‘aquí falta veracidad, esta no es una lesbiana’. Sin embargo, la propuesta (de Las dos caras del deseo) está pensando más allá de los estereotipos, enseña que ser lesbiana no tiene que ver con una determinado tipo de conducta. Es muy importante esta novela y falta revalorarla”, añade.

Otros dos textos en referencia lesbiana en el Perú son: 56 días en la vida de un frik de Morella Petrozzi (1996); Voces para Lilith: literatura contemporánea de temática lésbica en Sudamérica de Claudia Salazar y Melissa Ghezzi (2011) y ¿Camila tiene dos mamás? de Verónica Ferrari.

 

BIBLIOGRAFÍA EXTRA

El investigador Richard Leonardo nos dio el nombre de algunos libros que podrían ayudar a profundizar en el tema:

Achugar, Hugo. (1999). Apuntes sobre la construcción de un nuevo espacio en la literatura homoerótica latinoamericana. Revista de Investigaciones Literarias y Culturales 13. 91-105.

Balderston, Daniel. (2015). Los caminos del afecto. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo.

Butler, Judith. (1996). Variaciones sobre sexo y género: Beauvoir, Wittig y Foucault, El Género: la construcción cultural de la diferencia sexual. Marta La¬mas (compiladora). México: Porrúa.

Butler, Judith. (2001). El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. México: Paidós.

Butler, Judith. (2002). Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y discursivos del “sexo”. Buenos Aires: Paidós.

De Lauretis, Teresa (2010). Teoría queer: sexualidades lesbianas y gay. En: Florilegio de deseos: nuevos enfoques, estudios, escenarios de la disidencia sexual y génerica. Eds: List, Teutle. México D. F.: Eón. 21-46.

Gamba, Susana (Coordinadora). (2009) Diccionario de estudios de género y feminismos. Buenos Aires, Biblos.

Sedgwick, Eve Kosofsky. (1998) Epistemología del armario. Trad. Teresa Bladé Costa. Barcelona: Ediciones de la tempestad.

Wittig, Monique. (2006) “La categoría de sexo”, “No se nace mujer”, “El pensamiento heterosexual”. En: El pensamiento heterosexual y otros ensayos. Madrid: Egales. 21-57.