Oswaldo Reynoso Díaz: el narrador y maestro nos ha dejado

Oswaldo Reynoso en una sección de nuestra exposición permanente dedicada a su libro "Los inocentes". (Foto: Marco Ramírez/Casa de la Literatura Peruana)
Oswaldo Reynoso en una sección de nuestra exposición permanente dedicada a su libro “Los inocentes”. (Foto: Marco Ramírez/Casa de la Literatura Peruana)

 

La Casa de la Literatura Peruana lamenta el fallecimiento del escritor Oswaldo Reynoso, cuya desaparición ha causado tristeza y conmoción entre sus lectores y amigos, quienes han disfrutado y valorado sus relatos y novelas.

El narrador peruano tenía 85 años y una gran vitalidad que lo hacía recorrer distintas ciudades del país para estar en contacto con sus lectores y en cuanta actividad relacionada al libro y a la lectura se le propusiera participar.

En reconocimiento a su obra y trayectoria el autor de Los inocentes recibió el Premio Casa de la Literatura Peruana en el año 2013. Asimismo, participó en muchas de las actividades de nuestra institución como conversatorios, charlas y recientemente, en 2015, en el recorrido del Mapa Literario de Lima en homenaje a los 50 años de la publicación de su novela En octubre no hay milagros.

“Oswaldo Reynoso es un hito de su generación, que no solo ha legitimado su presencia en la narrativa literaria peruana sino que además es leído en todas las escuelas”, expresó la directora de la Casa de la Literatura Peruana, Milagros Saldarriaga Feijóo, al lamentar esta noticia.

Oswaldo Reynoso Díaz nació en la ciudad de Arequipa el 10 de abril de 1931. En su tierra natal estudió en la Universidad San Agustín, pero luego a inicios de los 50 viajó a Lima y continuó su formación en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, donde sería docente.

Su primer libro de cuentos, Los inocentes (1961), que puede vincularse al neorrealismo urbano, recrea el mundo de un grupo de adolescentes marginales limeños, combinando el uso del lenguaje juvenil con técnicas asimiladas de la vanguardia. En 1965 publicó su novela En octubre no hay milagros, que denuncia la corrupción de la sociedad peruana.

Tras regresar de China, publicó importantes relatos marcados por esa experiencia: En busca de Aladino (1993) y Los eunucos inmortales (1994), caracterizados por un admirable manejo de la prosa y por la incorporación de elementos maravillosos. A esas obras le siguieron muchas más, donde el narrador seguía utilizando la palabra para producir obras que para él no eran ni novelas, ni cuentos ni memoria.

 

Velatorio en la Casa de la Literatura

A pedido de la familia Reynoso y por ser uno de los autores reconocidos con el Premio Casa de la Literatura Peruana, nuestro espacio acogió los restos del escritor arequipeño para que sus familiares, amigos y lectores puedan despedirse de él. El martes llegaron sus restos a nuestras instalaciones y estuvieron hasta el jueves 26, desde donde partieron luego al camposanto donde el cuerpo del escritor fue cremado. Lo acompañaron además de familiares y amigos, admiradores y estudiantes de distintas universidades.